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Si la campaña 2022 de la NFL concluyera esta semana, tanto Bills como Jets —que se enfrentan hoy en Buffalo— estarían clasificados a Playoffs.
Pero esta campaña aún tiene vida y ambos se juegan posiciones importantes.
Buffalo no quiere ceder el lugar de privilegio a los Chiefs, para mantener la ventaja de local, mientras que los Jets están un juego arriba de los otros aspirantes: Patriots y Chargers.
Los Bills necesitan vencer para mantener la ventaja sobre Kansas City, pero también para vengar la afrenta de hace unas semanas, cuando cayeron (17-20) en casa de los Jets.
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Ese encuentro destacó por dos motivos: Dejó claro que Nueva York no es más un equipo del montón, sino que puede retar a cualquiera y también colarse a la postemporada por primera vez desde 2011, para darle fin a la sequía más larga en la Liga.
También, el feroz ataque que lanzó sobre el quarterback Josh Allen, quien salió lesionado tras una tarde llena de sacudidas.
Para imponerse, Buffalo depende de la aportación del receptor Stefon Diggs, segundo en yardas acumuladas por pase (mil 212 y 10 touchdowns).
Diggs necesita seis atrapadas para convertirse en el sexto jugador en la historia en recibir al menos 100 pases y acumular mil yardas en tres campañas de forma consecutiva.
Para sazonar el choque, vale resaltar el desempeño del quarterback de los Jets, Mike White. Este año, cuando Zach Wilson fue enviado a la banca, acumuló 315 yardas en la paliza a los Bears, y 369 en una derrota por la mínima ante Minnesota.
El platillo luce sumamente atractivo. Gran rivalidad.
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