El se volvió clásico con base en finales. En los 80, universitarios y Águilas se vieron las caras en el duelo definitivo en tres ocasiones, siendo los de Coapa los que salieron avante en dos.

Manuel Negrete, Miguel España y José Luis López

vivieron esos juegos, sangraron, los disfrutaron y dividieron a la afición en la Ciudad de México, que hoy espera el juego con ansias.

“La rivalidad fue por las finales de los 80. No es un clásico como el América-Guadalajara, pero en la capital es un clásico aguerrido. Este va a ser especial: el América no puede perder dos juegos seguidos y Pumas va a querer levantar con las Águilas”

, menciona Manuel Negrete , mítico volante universitario.

Sus recuerdos no son los mejores: “Perdí dos finales con ellos, pero esa es historia, hoy veo bien a los Pumas”. Quien pudo sacarse la espina de esas finales fue Miguel España.

“Si perdimos las de los 80, y si perdíamos la tercera ya les íbamos a dar tarjeta de cliente frecuente”, recuerda el volante de contención. “Pero llegó ese gol de [Ricardo] Ferretti y nos coronamos [temporada 1991-92]. Ese equipo fue ejemplar: el más disciplinado, con el campeón de goleo [Luis García], los que más metimos goles y los que menos recibimos. Merecíamos ganarles”

.

Fue el triunfo, “de la ideología universitaria, sobre los que representaban a Televisa”.

La rivalidad entre estos cuadros se mama desde la cantera, así lo recuerda José Luis Parejita López, “recuerdo que desde fuerzas básicas venía la directiva a decirnos: ‘este juego no se puede perder’ y nosotros salíamos a ganar como fuera, así fue en menores y así era en la Primera División”.

Lo lamentable era “la violencia que se daba en las tribunas. Muchas veces impedíamos que nuestras familias fueran, por todo lo que se vivía. Nosotros ni cuenta nos dábamos, pero sí, muchas veces la pasión se desbordaba, espero que en esta ocasión no sea así y que ganen los Pumas, claro está”.

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