Lorenzo Mambrini

y su novia, Yenly Acosta, con quien contraerá nupcias en mayo de 2019, arribaron a Cancún el 14 de diciembre pasado, ella en el vuelo 905 de Interjet, procedente de Cuba y él, en el vuelo AF0650, con origen en Italia.

Ambos planearon celebrar aquí la Navidad y se hospedaron en la habitación 66 del Oasis Urban, conocido también como Oasis Smart, en el centro de la ciudad.

Juntos, guardaron en la caja fuerte de la habitación, la cantidad de 31 mil euros, 22 mil de ellos, correspondientes a los ahorros de los padres de Yenly y al dinero fruto de la venta de una casa que le heredó la abuela; los otros nueve mil euros eran los que Mambrini trajo consigo para las vacaciones, mismos que separó en un sobre. Él se quedó con la clave de la caja de seguridad.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el jugador italiano señala que la tarde-noche del 22 de este diciembre, luego de que tres empleados entraron a limpiar la habitación, los 22 mil euros separados en un fajo, desaparecieron.

El caso fue notificado a la embajada de Italia, fue denunciado a la Fiscalía quintanarroense el 23 de diciembre y se ha hecho público a través de las redes sociales de Mambrini.

“Hemos pasado una muy mala Navidad aquí. Son cosas que en la vida pasan, pero no pienso que sea justo que una ciudad como Cancún, en México, se lleve esta imagen de nosotros que, como turistas, venimos a pasar una sencilla vacación”, expresó.

La denuncia ante la Fiscalía quedó asentada con el número de caso FGE/ QR/ BJ/ 12/ 20479/ 2018, a las 16.17 horas. La denunciante fue Yenli Acosta, de ocupación “productora”, nacida en La Habana, Cuba, con familiares que radican en Cancún.

Mambrini

es supervisor del equipo de Venecia, en Italia, lo cual lo coloca arriba del director técnico; jugó en el equipo de Tenerife, España, en 1997-1999 y también en Venecia, Italia. Ha participado en más de 400 partidos dentro de la Liga Nacional italiana, francesa y española.

Ambos se conocieron en la isla, en donde él fue entrenador de la selección nacional de futbol de Cuba, en 2015-2016. Llevan juntos casi cuatro años y vinieron a celebrar navidades.

“Nosotros declaramos, desde el primer día, a la supervisora del hotel, que habíamos dejado 22 mil euros en la caja fuerte de la habitación. El 22, inesperadamente, llegaron varias veces a hacer la limpieza de la habitación, aun cuando estaba el letrero de ‘no molestar’. Como a las 5.30 de la tarde, volvieron a tocar la puerta y lo dejamos pasar, pero luego volvieron a tocar y eran otros dos camaristas, que entraron con el mismo pretexto.

“Yo digo, ¡cómo es posible que hoy hagan la limpieza tres hombres y uno tenía mucho aliento a alcohol! Yo digo, cómo es posible que un hotel en el que se paga 150 dólares diarios, un hotel casi cuatro estrellas, cómo es posible que actúen así y nadie les diga nada”, cuestionó.

Dos de los camaristas permanecieron dentro de la habitación, limpiando, mientras el tercero se quedó en la puerta de entrada. Uno de ellos -según la narración de Mambrini- le insistía en si saldría o no a correr.

“Profe, profe, ¿hoy no va a trotar?, profe, ¿qué va a hacer hoy, dónde lo va a pasar?, me decía y muchas preguntas”, narró.

De acuerdo con la denuncia, Yenli salió de la habitación rumbo a una plaza comercial cercana. Lorenzo se quedó un rato más, hasta que los camaristas terminaron y salí a las 18 horas para alcanzar a su novia.

Regresaron al hotel a las 22.10 horas y decidieron verificar si el dinero se encontraba en la caja fuerte, luego de la inquietud que les generó la presencia y el comportamiento de los tres camaristas.

Los 22 mil euros de Yenli no estaban y sólo se encontraba el sobre con los nueve mil, de Lorenzo, con la documentación de ambos, en desorden.

Ambos dieron parte al personal de seguridad del hotel, que acudió a la habitación a inspeccionar.

Mambrini

dijo en entrevista con este diario, que se les negó información sobre qué empleados entraron al cuarto, entre las 18.30 horas en que ambos ya no estaban y las 22:10 horas en que volvieron.

“Pasa que yo salí a las seis de la tarde, pero en el registro de la llave aparece que alguien entró a las 6.29 y dice la supervisora que a lo mejor el camarista regresó para dejar las toallas. Yo le dije que no, que la toalla la dejaron en el cuarto cuando terminaron de limpiar”, señaló.

El entrenador indicó que el hotel no les ha garantizado la devolución del dinero, que el tiempo está corriendo y ellos deben regresar a Italia el 30 de diciembre.

“Están dando largas. Los abogados nos han dicho que como han ocurrido varios robos en hoteles de Cancún , le apuestan a que los turistas no le den seguimiento, porque deben regresar a sus países; se van y se olvidan del robo. Pero en mi caso, están muy equivocados. Esto no se va a quedar así”, advirtió.

EL UNIVERSAL solicitó la versión de la cadena Oasis, sobre lo ocurrido. Un ejecutivo garantizó que hoy brindaría información, sin que hasta el momento hayan emitido una postura oficial sobre los hechos.

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