La salida de Andrew McCutchen sentenció de manera tempranera la campaña para los Pirates.

El jardinero central abandonó a la franquicia para buscar nuevas aventuras en Grandes Ligas. Pittsburgh intercambió a su ídolo por el relevista Kyle Crick y otro jardinero, Bryan Reynolds.

Fue un amargo adiós para ambas partes. La novena se despidió de uno de los jugadores más importantes en su historia. Pilar de una generación que mantuvo a los Pirates en tres postemporadas de manera consecutiva —después de una mala racha de 20 campañas perdedoras de manera consecutiva—; en 2013, fue el líder del equipo de 98 victorias, la mejor cifra desde 1991.

Los Bucs no han alcanzado los Playoffs desde entonces.

El grupo de abridores ahora será el nuevo fuerte de Pittsburgh. La novena busca en Jamenson Taillon frescura para el inicio de los juegos, que arrancan mañana. El diestro entra en su tercer año en Grandes Ligas, donde ya acumula 43 apariciones.

En el verano de 2017, el pitcher se sometió a una cirugía para tratar un cáncer testicular.

Taillon fue baja de la novena nada más por cinco semanas. Pudo regresar para el cierre de la campaña y ya piensa en la nueva.

La juventud puede pesarle a muchos peloteros en la MLB, ya que su adaptación es más complicada y lleva tiempo. Sin embargo, para los Pirates es una ventaja. Entre los cinco lanzadores en la rotación con los que contará el manager Clint Hurdle, tienen un promedio de 26.4 años de edad. Todos tienen más de dos temporadas en la máxima categoría. El más longevo es Iván Nova, de 31 años, y casi una década dentro de Grandes Ligas.

En 31 duelos, ganó 11 y perdió 14; permitió 203 hits y 96 carreras, sus peores números desde 2012.

Para su buena fortuna y, sobre todo, la de los Pirates, estará respaldado por sus compañeros.

En la ofensiva, es importante retornar al tema de McCutchen.

Neal Huntington, gerente general de Pittsburgh, tiene la esperanza de que el espacio que se abrió por la salida del jardinero esté bien cubierta o lo suficiente para tener un año competitivo.

Josh Harrison, primera base, toma la responsabilidad como el encargado de conectar los vuelacercas para la novena.

La mejor decisión del invierno, por parte de la mesa estratégica en Pennsylvania, fue firmar a Corey Dickerson, proveniente de los Rays de Tampa Bay.

El jardinero por izquierda le da a Pittsburgh un bat probado y su rango debería darle al campo un ligero repunte defensivo general en el espacioso PNC Park.

Dickerson también está bajo el control del equipo para 2019, aunque otra temporada del pelotero podría hacer que Dickerson sea demasiado caro para que Pirates pueda mantenerlo.

Se ve muy, muy complicado ver a Pirates en postemporada.

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