
Moscú.— Brasil contra Bélgica. La magia contra la fuerza. La tradición frente a la modernidad. América frente a Europa.
No hay duda de que los brasileños son los favoritos para llegar a la final de la Copa del Mundo y llevársela, ahora que Alemania y España están fuera, pero frente a ellos está nada menos que uno de los equipos que mejor nivel ha mostrado en el torneo: Bélgica.
Brasil comenzó floja su participación en el Mundial, pero fue tomando ritmo y contra México lo demostró el lunes pasado.
Bélgica arrasó. Goleada a Panamá, a Túnez y triunfo simple ante Inglaterra. En octavos fue donde comenzó a sufrir con un golpe a la vanidad. Estuvo a cinco minutos de quedar fuera frente a Japón, pero su músculo los rescató.
Ahora frente a frente, con la Arena Kazán de gran escenario, estas dos selecciones protagonizarán un partido que ya es saboreado desde hace varios días.
Roberto Martínez, el español que dirige a Bélgica, no oculta su ilusión y deseo por disputar el juego: “Es el partido soñado”, dijo visiblemente emocionado.
Mientras que Tite señaló que busca que su equipo tenga equilibrio, pues fue el secreto del éxito que le reveló su colega argentino, Carlos Bianchi.