Antalya, Turquía.— Investigadores del estudian una de las principales hipótesis de la causa por la cual se presentan con mayor frecuencia microsismos en la capital de México, que es la explotación de mantos acuíferos más profundos, lo que ha generado un aumento en el hundimiento de los suelos.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el integrante del Instituto de Ingeniería y excandidato a rector de la UNAM, Sergio Alcocer, dijo que también existen otras dos hipótesis que se están estudiando: la primera es que a raíz de los temblores que se han presentado entre 2017 y 2022, las fuerzas se han modificado dentro de las placas y eso ha generado los movimientos telúricos.

La otra variante que se encuentra en análisis se relaciona con que la “falla de Mixcoac” ya existía y se activó, aunque no se descarta que la presencia más activa de los sismos también pueda ser una mezcla de las tres hipótesis anteriores.

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Alcocer acudió como presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales a Turquía para moderar la mesa sobre América Latina en el Foro Diplomático de Antalya, y aquí explicó que el problema de la sequía en el Valle de México ya se venía conociendo de tiempo atrás con diagnósticos, por ejemplo, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, con el doctor Fernando González Villarreal.

Incluso se había alertado de las consecuencias de la precipitación y se ha encontrado que no necesariamente llueve menos, sino que llueve igual, pero ahora ocurre en distintas épocas del año, a diferencia como estábamos acostumbrados.

“Antes estábamos acostumbrados a que el régimen más importante por lluvias ciclónicas era entre mayo y octubre, día típico de inicio era el 5 de mayo y el 4 de octubre, ahora vemos que las lluvias se extienden más hacia el invierno inician más tarde, las épocas de mayor calor por las estaciones del año, que antes teníamos más lluvia, pues ya no las tenemos y estamos en un proceso de sequía por una baja precipitación en todo el país, particularmente en el norte, y esto nos genera una enorme cantidad de problemas”, señala.

Explica que los problemas que está generando la sequía son el abastecimiento de agua potable para la agricultura, y desde el punto de vista internacional, un problema por la relación con Estados Unidos y el manejo del río Bravo.

Refiere que era una situación prevenible y se deben hacer inversiones para enfrentarla, no de un día para otro. “Lo que está pasando en el Valle de México es una anticipación de obras que se debieron haber hecho y ya estamos muy tarde para ello, y obviamente cambiar una cultura sobre el uso del agua, hemos avanzado, eso es cierto, en cuanto a la recolección del agua, pero no lo suficiente para lograr una inyección de agua para que podamos restablecer los acuíferos.

“Cada vez extraemos más agua de mantos más profundos y tenemos consecuencias como el hundimiento de los suelos y presumiblemente los sismos que han estado ocurriendo en la falla de Plateros, en Mixcoac; entonces, tenemos un conjunto de externalidades negativas producto de esto, y necesitamos tener una política clara que sea federal, no una política de la CDMX, porque es una política de una zona metropolitana más amplia que la de la Ciudad de México”, agregó.

¿La explotación de mantos acuíferos más profundos lleva a que haya más sismos en la capital del país?, se le pregunta.

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“No lo sabemos, es una de las hipótesis, pero una de las hipótesis es que esa falla ya existe desde hace mucho tiempo y el hecho de que hubiese cambiado la presión del agua, producto de la extracción, es que ese cambio de presión entre las placas que dividen esa falla, es lo que está generando los temblores, por eso mis colegas del Instituto de Ingeniería a lo largo de la falla han colocado una serie de instrumentos precisamente para poder discriminar, esa es una posible explicación; otro posible razonamiento es que a raíz de los temblores que hemos tenido desde 2017 a 2022, se han modificado las fuerzas dentro de la placa y entonces se han generado temblores, y hay una tercera explicación, que es que sencillamente la falla se activó, entonces puede ser una combinación de ellas y por eso se están instrumentando y haciendo los estudios que nos permitan determinar, primero la causa, y después qué tan grande podría ser un posible temblor para poder tomar medidas desde el punto de vista del reglamento de construcciones.

¿Podríamos enfrentar un sismo de mayor dimensión?, se le inquiere.

“No lo sabemos todavía, lo único que estamos haciendo es estudiar cuáles son los mecanismos que están produciendo los temblores, y a partir de esa información objetiva, se pueda determinar si van a continuar temblores de esos tamaños, de esas magnitudes, que ya hemos visto que sí han dañado viviendas, normalmente han sido estructuras con mala calidad en la construcción, estructuras de adobe, estructuras que son vulnerables, y no hemos tenido daño en estructuras más resistentes, pero tenemos que tener esa información, primero que nada, para poder afirmar que pueden ocurrir temblores más grandes”.

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