Los exdiputados federales y exaspirantes a la dirigencia nacional del PAN, Adriana Dávila y Gerardo Priego, criticaron el proceso interno para elegir al presidente de Acción Nacional, y acusaron que dentro de la militancia existe un enorme rechazo hacia Marko Cortés, reelecto como dirigente nacional.

Acusaron al líder panista de actuar de manera prepotente y arrogante como, dijeron, lo hace el presidente Andrés Manuel López Obrador en sus conferencias.

Dávila y Priego no recabaron las 27 mil firmas necesarias para poder registrarse, además, denunciaron la travesía que fue convencer a los panistas que les firmaran y acusaron presiones desde la dirigencia a la militancia.

Dávila sólo juntó 19 mil 615 firmas y acusó que este proceso fue una simulación.

Aseguró que decidió aceptar que no reunió las firmas requeridas y no registrarse para no prestarse y no avalar nada más una reelección del aparato de partido en torno a Marko Cortés.

La panista tlaxcalteca acusó que el equipo de Marko Cortés utilizó la campaña institucional de refrendo de la militancia para juntar firmas a su favor, “obviamente los panistas rubricaban pensando que era para mantener su militancia, pero no sabían que en realidad le estaban dando el apoyo Cortés”.

Por su parte, Gerardo Priego reveló a su vez que hubo presiones con la militancia para que no le dieran su apoyo y lamentó que el blanquiazul desafortunadamente tiene un sistema interno diseñado para que quien tiene el poder desde dentro, pueda poner fácilmente a otra persona o reelegirse, como es el caso de Marko Cortés.

Priego aceptó, con pena, que hay un enorme temor en la militancia, al grado de que le suplicaron que, si no llegaba a la meta de firmas, mejor no las entregara, pues si descubrían que lo apoyaron tendrían represalias.

“Vendría una persecución política, serían corridos de sus trabajos, bloqueados en sus carreras políticas y hasta excluidos en el blanquiazul”, acusó el panista.

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