El director del Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE) y aspirante a dirigir el destino de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Domingo Alberto Vital Díaz, está convencido de que reúne las características necesarias para ser el próximo rector: experiencia, honorabilidad, trayectoria y prudencia.

“Pienso que sí puedo conjugar esos elementos, además de que tengo una trayectoria importante en la docencia. Los últimos 10 años he sido funcionario y siento una pasión muy grande por ayudar a nuestra comunidad, especialmente la comunidad estudiantil y docente”, dice.

Sostiene que la persona que encabece la Rectoría “deberá tener una gran creatividad y una gran conciencia de hacia dónde debe ir nuestra Universidad en el marco de un país que la necesita mucho”.

De 65 años de edad, destaca que de ser nombrado rector de la UNAM para los próximos cuatro años, pondría énfasis en la comunidad estudiantil, porque comenta que “hay muchísimo que escuchar de la gente joven”.

“A mí me gustaría fortalecer esta gran tarea que ya ha hecho la Universidad. Por ejemplo, a través de la Fundación UNAM o de la Dirección General de Cooperación e Internacionalización que consiste en otorgar becas para nuestros estudiantes. Yo pensaría en becas que consistirían en vales para cuatro aspectos fundamentales: alimentación, conectividad, transporte y libros”, comenta.

Y es que Vital Díaz externa que se requiere tener a estudiantes de tiempo completo, “que lleguen temprano a su campus y puedan estar todo el día para que puedan tener un idioma, un arte y puedan practicar una actividad física”.

Menciona que otro punto que está incluido en su proyecto de trabajo que entregó a la Junta de Gobierno tiene que ver con la actualización docente, y aunque considera que la Universidad ha logrado mucho en esta materia, dice que es necesario fortalecer las instancias universitarias dedicadas a ello.

El doctor en Letras por la Universidad de Hamburgo en el área de Hispanística, maestro en Letras Mexicanas y licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM, comenta también que es necesario comunicar más y tener mayor cercanía con la población.

“Somos la Universidad de la Nación y creo que hay que comunicar mejor lo muchísimo que hacemos como Universidad sobre temas de la agenda pública. Por ejemplo, todo lo que hacemos para didáctica de la lengua, de las matemáticas, porque es indudable que nos tenemos que vincular más con las secretarías de Educación tanto federal como locales para que logremos vencer ese desafío evidenciado en pruebas internacionales como PISA”, indica.

Para Vital Díaz, es necesario que los estudiantes mexicanos eleven su nivel de lectura, escritura y matemáticas porque asegura que son los dos grandes lenguajes universales.

“La colaboración entre la Universidad y las secretarías de Educación sería a través de materiales didácticos y de compartir experiencias para que logremos superar ese déficit que tiene el país en lectoescritura y en matemáticas”, explica.

Agrega que su ideal “es que los estudiantes de educación básica lleguen al bachillerato con una mayor confianza en el dominio de la lengua escrita, que es la base para manejar otros lenguajes, como la aritmética y las matemáticas. Entonces, yo sí propondría una mayor colaboración”.

El aspirante a la Rectoría evoca al filósofo francés Jacques Derrida al señalar que la Universidad debe seguir siendo un espacio de libertad. “Derrida habla de la universidad sin condiciones. ¿En qué sentido habla sin condiciones? En que no haya condicionamientos para el diálogo, para la discusión”, añade.

Externa que la Universidad siempre recibe con respeto y con interés todas las expresiones tanto internas como externas, “porque hay una diversidad con posturas muy cercanas de izquierda. Me gusta evocar al ingeniero Heberto Castillo por todo lo que significó. Lo recuerdo como un ejemplo de pensamiento de izquierda e innovador”.

Precisa que algo en lo que puede aportar a la Universidad es en la comunicación política para evitar la polarización, los extremismos y fanatismos.

“Esta es una de las mayores preocupaciones. Parte de mi vocación de buscar ser el próximo rector, tiene que ver con que desde la Rectoría se puede hacer mucho para fortalecer al país, estableciendo una mayor integración de todo lo que compone nuestro país: las distintas generaciones etarias, temas de género, la música y la física. Hay colegas que hablan de la física del jazz y del jazz de la física. Es decir, estas integraciones a mí me parecen muy interesantes y me gustaría estimularlas desde la Rectoría.

“Mi formación como humanista me permite tener una visión muy amplia e integradora de lo que necesita tanto nuestra Universidad como el país”, expresa.

Doctor, ¿confía en que haya piso parejo en este proceso de sucesión en la UNAM?

—Sí, totalmente. Esta es una decisión libre, que recoge inquietudes. Me han dicho que las humanidades tienen mucho que aportar a este proceso y definitivamente sí veo piso parejo. Por otro lado, la ley orgánica y la propia Junta de Gobierno nos dan mucha certeza sobre cómo es el proceso.

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