Washington/Bruselas.— Primero fue la vacuna de AstraZeneca; ahora es la de Johnson & Johnson la que desata dudas y asesta un nuevo golpe a Europa, y en esta ocasión también a África, con la recomendación en Estados Unidos de suspender su uso mientras se verifican casos de coágulos detectados.

Los países europeos enfrentan un retraso generalizado en el plan de vacunación que se complicó por el nexo ya confirmado de la vacuna de AstraZeneca contra el Covid-19 con casos de trombos. Ahora, Johnson & Johnson anunció que retrasará el envío de vacunas a Europa.

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) dijo que aún no está claro “si existe una asociación causal” entre la vacuna de Janssen (filial europea de Johnson & Johnson) y las afecciones, pero países como Italia y Bélgica dijeron que esperarán a que haya una mayor certeza antes de usar la sustancia que tiene la ventaja, además, de ser de una sola dosis. Bruselas pondrá en el congelador 36 mil dosis recibidas el lunes.

Una portavoz de la agencia aseguró que el comité de seguridad (PRAC) de la EMA inició “una revisión de una señal de seguridad” en relación con estos casos, pero la investigación sigue en marcha y “decidirá si puede ser necesaria una acción reguladora” cuando llegue a sus conclusiones científicas sobre Janssen. La agencia recordó que los casos que investiga fueron detectados en Estados Unidos, donde esta dosis se utilizó con una autorización de uso de emergencia.

“La vacuna de Covid-19 Janssen fue autorizada en la Unión Europea [UE] el 11 de marzo de 2021. La vacuna no se ha utilizado anteriormente en campañas de vacunación en los Estados miembros”, dijo la portavoz.

La empresa farmacéutica dijo tener conocimiento de un problema “extremadamente raro” que implica “coágulos de sangre combinados con bajas plaquetas” y que se ha dado en un “número reducido” de personas que han recibido su vacuna (seis casos, incluyendo un deceso, entre 6.8 millones de vacunados).

Tanto en el caso de la vacuna de Johnson & Johnson como en el de AstraZeneca, los coágulos que se detectaron son atípicos: afectan las venas cerebrales y, en menor medida, el abdomen.

Estos problemas podrían estar relacionados con la técnica de ambas vacunas de “vector viral”, que toman como soporte otro virus, modificado, para que transporte en el organismo informaciones genéticas capaces de combatir el Covid.

Ambas utilizan un adenovirus, un tipo de virus muy corriente. El de AstraZeneca es un adenovirus de chimpancé y el de Johnson & Johnson es uno humano. “Todo indica que se debe al vector adenovirus”, explicó en Twitter Mathieu Molimard, especialista francés en farmacología, recordando que este tipo de problemas no se da con las vacunas de Pfizer/BioNTech y de Moderna, que utilizan la técnica de ARN mensajero. Varios elementos apuntan a una reacción inmunológica desmesurada provocada por estas vacunas.

En Sudáfrica, el país más golpeado por el coronavirus en el continente africano, se suspendió la vacunación con Johnson & Johnson, el único inmunizante utilizado hasta ahora.

“Hemos decidido suspender voluntariamente su uso hasta que la relación de causalidad entre el desarrollo de coágulos sanguíneos y la vacuna de Johnson & Johnson se haya analizado suficientemente”, indicó el ministro de Salud, Zweli Mkhize, en una rueda de prensa en línea.

Pfizer al rescate

La Administración de Drogas y Alimentos (FDA) y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en EU dijeron que recomiendan, no ordenan, detener el uso de la vacuna de Johnson & Johnson mientras se verifica el nexo con los trombos. La Casa Blanca dijo que esta suspensión no tendrá un “impacto significativo” en su campaña de inmunización. Tras el anuncio, se informó que Pfizer “aceleró la producción” de su vacuna anti-Covid y podrá abastecer a EU con un 10% más de las dosis previstas para fin de mayo.

Moderna, la empresa de biotecnología que produce otra de las vacunas utilizadas en EU, anunció que mantiene una eficacia de más de 90% contra el coronavirus y de más de 95% contra el desarrollo de formas graves de la enfermedad hasta seis meses después de aplicada la segunda dosis. Además, señaló que no han detectado casos de coágulos.

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