El nuevo Congreso Nacional de Honduras para el periodo 2018-2022 quedó instalado ayer en medio de gritos y abucheos un acto en el que los integrantes de la oposición sacaron además pancartas contra el nuevo gobierno.

El mandatario de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue el gran ausente de la ceremonia y envió en su lugar al vicepresidente, Ricardo Álvarez, a quien los opositores abuchearon de principio a fin.

“¡Asesino... asesino... fuera JOH... fuera JOH!”, clamaron los representantes de la bancada del Partido Libertad y Refundación (Libre) y varios de sus diputados aliados usando las siglas del presidente Hernández.

Unas mil mujeres, acompañadas por el ex presidente Manuel Zelaya, intentaron acercarse al Congreso durante una protesta contra Hernández, pero un cordón policial les impidió el acceso. “Nosotros estamos en la calle y el pueblo es el único que puede protestar” contra el fraude, dijo Zelaya.

También asumieron ayer las 298 nuevas alcaldías municipales para los próximos cuatro años.

Los diputados fueron convocados para este sábado 27 de enero para participar en la sesión legislativa en la que se juramentará a Hernández.

Honduras atraviesa una crisis política que desencadenó una recia polarización de la sociedad, derivada de las denuncias de irregularidades en las elecciones del 26 de noviembre del 2017.

El líder de la Alianza de Opsoción contra la Dictadura, Salvador Nasralla, acusa al mandatario Hernández de haber planeado un fraude para robarle el triunfo en los comicios. Eso generó violentas protestas que hasta la fecha dejaron al menos 24 muertos.

Anoche, Hernández recalcó que la toma de posesión de su segundo mandato será “austera, no una fiesta, porque hay que trabajar”.

Honduras lo que necesita “es construir y resolver”, y cuando se trata de una reelección, al presidente “ya se le conoce” y “se trabaja desde hace varios años con diferentes sectores de Honduras e igual con la comunidad internacional”, agregó.

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