El asilo político que el Gobierno mexicano le ofreció este lunes a Julian Assange , fundador del portal WikiLeaks , sorprendió a la comunidad internacional y podría crear nuevos roces con Estados Unidos, pese a ser parte de la "tradición" de acogida del país latinoamericano.

“México tiene una tradición de asilo histórica, pensemos en [el ruso León] Trotsky, y ha sido una de las banderas de la diplomacia mexicana, fundamental para posicionar a México en el mundo, pero en esta ocasión se está tomando un riesgo”, expresó Brenda Estefan, analista que trabajó en la embajada mexicana en Washington.

El presidente del país, Andrés Manuel López Obrador celebró la decisión británica de no extraditarlo a Estados Unidos. “México le ofrece asilo político”, soltó, “con lo que significa el derecho de asilo y nuestra tradición, que es protección, pero al mismo tiempo la responsabilidad de cuidar que el que recibe el asilo no intervenga, no interfiera en asuntos políticos de ningún país".

El líder mexicano, quien suele atacar a la prensa crítica, argumentó que Assange "es periodista y merece una oportunidad".

Por ello, se mostró a favor del "perdón, indulto y asilo" para el australiano de 49 años, quien en Estados Unidos está acusado de 17 delitos al amparo de su ley de espionaje y uno por la ley de fraude y abuso informático por la difusión de registros militares y otros documentos confidenciales.

Pero Estefan cuestionó los motivos tras el anuncio de López Obrador. “Si uno piensa qué gana México como país con un movimiento como este, es difícil encontrar una respuesta. Me parece que es una decisión eminentemente ideológica, pero que puede tener un alto riesgo diplomático, particularmente en la relación México-Estados Unidos”.

“El presidente parece estar decidido a escoger una pelea con los demócratas y la próxima administración Biden. Decir que buscará ofrecer asilo a Assange es una locura, una auténtica locura”, criticó a su vez el exembajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhán, vía Twitter.

Cuestionó que “se cacarea la tradición mexicana de asilo para justificarlo, pero a la vez se ignora a los miles de potenciales #refugiados centroamericanos”.

“Ofrecer #asilo a Assange es, según esto, prueba de la soberanía mexicana ante EUA, como si no existieran todas las imposiciones, medidas unilaterales, ultimátums y alcahueteo y golpeteo político a #México y a los #migrantes mexicanos a lo largo de estos últimos dos años con Trump”, continuó.

En contraste, el anuncio de López Obrador despertó aplausos de simpatizantes de Assange a nivel internacional, como el periodista Glenn Greenwald, fundador de The Intercept, quien defendió a México de las críticas.

“Cuando Estados Unidos o Reino Unido dan asilo contra persecución política es noble y positivo, pero cuando un país ofrece asilo para proteger a alguien es malicioso”, criticó Greenwald en sus redes sociales.

A decir de Esfefan, aunque es incierto si Assange y Reino Unido aceptarían la oferta de México, la postura de López Obrador “suma otro roce” con el gobierno entrante de Joe Bien, luego de la ofensa que representó para los demócratas la visita del mexicano a Donald Trump el año pasado y la tardanza en felicitar a Biden por su victoria en las presidenciales del 3 de noviembre.

Además, Assange es un “caso relevante” para demócratas y republicanos, no sólo para la administración de Trump, comentó la analista.

Por ello, pese a ser congruente con la tradición política de México, Estefan consideró que es demasiado el riesgo diplomático con las potencias occidentales que cuestionan las prácticas de WikiLeaks.

“No veo qué pudiera ganar México con esta decisión. México (está) además en una crisis sanitaria y económica, en una condición donde verdaderamente las relaciones con el mundo son fundamentales”, reflexionó.

rcr

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