Bruselas. Los gobiernos deben poner freno a la crisis existencial que enfrenta la industria de la prensa escrita, con acciones concretas que generen las condiciones para que el sector siga desempeñando su función educativa e informativa.

Ese es el llamado que hace la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y UNI Global Union, en un pronunciamiento bajo el lema “Paquete de rescate y supervivencia futura para la industria de la prensa escrita”.

El documento describe la situación crítica en la que se encuentran los medios impresos, al tiempo que detalla las medidas urgentes a implementar para evitar la aniquilación de millones de puestos de trabajo a causa de la pandemia por Covid-19.

“Si bien la industria de la prensa escrita sufre una importante crisis existencial, no basta con declararla industria vital, sin proporcionarle los medios para que siga desempeñando su función educativa e informativa”, sostiene la declaración.

“Instamos a los gobiernos nacionales a que consideren el periodismo impreso como un bien común y a que demuestren su apoyo a la industria, como la columna vertebral de nuestras democracias”, continúa.

El texto es puesto en circulación como parte de una campaña para sensibilizar a los gobiernos sobre la importancia de preservar el ejercicio del periodismo libre, en un momento en que unas cuantas firmas tecnológicas controlan cada vez más lo que vemos y leemos.

Con oficinas centrales en Nyon, Suiza, la UNI Global es una federación internacional que representa a más de 20 millones de trabajadores del sector de capacidades y servicios de 150 países, incluyendo periódicos, impresión general, impresión de seguridad, publicaciones y embalajes.

Por su parte, la FIP tiene su sede en Bruselas y agrupa a 600 mil profesionales de medios de comunicación y 187 sindicatos, federaciones y asociaciones de más de 140 países.

El documento sostiene que la pandemia de Covid-19 ha provocado una aceleración de las preocupantes tendencias registradas en periódicos y revistas durante los últimos 20 años, como el gradual declive de los medios impresos en favor de los digitales y la caída de los ingresos por publicidad.

Alerta que algunos de los impactos acentuados por el coronavirus podrían llegar a ser irreversibles para el sector.

“Aunque muchos países están saliendo gradualmente del confinamiento, es poco probable que, sin un apoyo gubernamental específico, la demanda de periodismo impreso vuelva a los niveles anteriores a la crisis”, sostiene.

Para ayudar a la industria de la prensa escrita a sortear las consecuencias de la actual crisis de salud y los retos estructurales que se avecinan, exhortan a los gobiernos a adoptar paquetes de rescate de emergencia a fin de evitar quiebras y desaparición de empleos.

La emergencia sanitaria provocó una fuerte disminución del número de lectores en papel por la interrupción de los canales de distribución, así como provocó una reducción del número de páginas en algunos periódicos y revistas, obligando el recorte de algunas secciones.

También pide la introducción de un impuesto más justo sobre los servicios digitales ofrecidos por gigantes tecnológicos como Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft, para conseguir los ingresos que faciliten el ejercicio de la prensa escrita.

En 2018, Google obtuvo 4 mil 700 millones de dólares por la publicación de noticias, ingreso que compartió con los periodistas que las produjeron.

Propone que los representantes de las empresas del sector y los sindicatos que representan a los trabajadores de la prensa escrita, participen en la administración de los fondos recaudados.

“Los gobiernos deben reaccionar urgentemente. El sector es un bien público y constituye un pilar fundamental de nuestras democracias. Los gobiernos son conscientes de ello. De hecho, durante la crisis de la COVID han identificado el sector como esencial. Ahora no pueden contemplar impasibles cómo se hunde el barco”, afirma Anthony Bellanger, Secretario General de la FIP.

“La prensa escrita es un bien social y su cadena de suministro es larga e incluye a millones de personas, desde periodistas, editores, revisores, impresores, diseñadores y fotógrafos hasta repartidores, empleados de las oficinas de correos y librerías”, dice por su parte Nicola Konstantinou, jefe de departamento de UNI Gráficos y Embalaje.

Konstantinou sostiene que la intervención gubernamental es necesaria para garantizar que las personas que producen y distribuyen las noticias reciban lo que les corresponde.

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