La Paz.— El gobierno de la presidenta proclamada de Bolivia, Jeanine Áñez, pidió ayer a Evo Morales que se abstenga de “realizar declaraciones” en México y anunció que emitirá una nota diplomática oficial ante el Ejecutivo mexicano por la “ruptura de protocolo” del asilo político en la que, a su juicio, está incurriendo el boliviano.

“Convocamos al expresidente Morales, en su condición de asilado todavía en proceso de aceptación en otro país, que cumpla con la normativa internacional y se abstenga de realizar declaraciones”, dijo a los medios en La Paz el ministro de la Presidencia designado por Áñez, Jerjes Justiniano. Lamentó las “declaraciones incendiarias” que ha estado haciendo Morales desde que llegó a México el martes, que a su juicio “no están buscando paz”.

Según la autoridad, Morales busca hacerse ver “como el salvador de la patria” al decir que retornará a Bolivia si con ello se logra pacificar al país, sumido en crisis desde las elecciones generales del pasado 20 de octubre.

El Ministerio boliviano de Exteriores “va a hacer una representación oficial al gobierno de México porque no puede, está prohibido Morales de realizar declaraciones estando él en calidad de asilado político”, añadió.

“México tendría que exigirle a Evo Morales que cumpla con los protocolos de asilo, y no estar incitando al país... desde donde está. Es verdaderamente vergonzoso”, afirmó Áñez.

Desde que se fue a México tras anunciar su renuncia a la Presidencia boliviana, Evo Morales, asilado ahora en ese país, ha estado muy activo en redes sociales, ha dado ruedas de prensa y ha concedido entrevistas a medios mexicanos y de otros países.

Carlos Mesa, quien fue el principal rival de Morales en las polémicas elecciones presidenciales del 20 de octubre en Bolivia, también pidió que México “no le permita declarar políticamente”.

Sobre los legisladores del Movimiento al Socialismo (MAS, el partido de Morales), Justiniano afirmó: “Vamos a conversar con ellos, estamos en una mesa de diálogo (...) Lo que queremos lograr es la pacificación del país”.

Bolivia está sumida en una crisis tras los recientes comicios generales, ante las denuncias de fraude para garantizar la reelección de Morales para un cuarto mandato hasta 2025. Una auditoría de la Organización de los Estados Americanos (OEA) al proceso electoral detectó “serias irregularidades” y recomendó realizar nuevos comicios. Áñez dijo que “toda la convulsión social” que atraviesa Bolivia es consecuencia de la insistencia de Morales de postularse a un cuarto mandato y aconsejó al MAS buscar otro candidato.

El Senado de Bolivia designó ayer al nuevo presidente y los nuevos vicepresidentes de la Cámara Baja, mientras en las calles de la capital, desafiando la llovizna y a la policía, miles de partidarios de Morales marcharon para exigir la renuncia de Áñez y el retorno de Evo.

Por la noche, la policía informó que detuvo a un centenar de manifestantes en la localidad de El Alto y afirmó que muchos de ellos se encontraban en posesión de explosivos. Los agentes señalaron que los manifestantes fueron arrestados debido a que estaban “provocando daños en la propiedad privada”. El subdirector de la Fuerza Especial de Lucha Contra Crimen de La Paz, Cristian Saavedra, indicó que en un solo día se ha detenido a 106 manifestantes de El Alto.

En Nueva York, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, anunció que enviará a Jean Arnault, su enviado especial, para establecer contacto y mediar entre los distintos actores políticos en Bolivia.

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