La ONG española Proactiva Open Arms afirma estar preparada para afrontar la prisión y las multas para salvar vidas con un navío que se dirige hacia la costa libia, siguiendo el ejemplo del Sea-Watch que desafía a las autoridades italianas.

"A mí me inquieta el mar, no la prisión. Mi madre me decía: tranquilo niño, de la prisión se sale, pero del fondo del mar no sale nadie", explica su fundador Oscar Camps en una entrevista telefónica a la AFP.

"Si tengo que pagar con prisión o una multa salvar la vida de algunas personas, lo haré", insiste Camps , que en los próximas días se unirá a su tripulación en el buque Open Arms.

El navío zarpó el jueves hacia las costas libias, una decisión que puede costarle multas de entre 200 mil y 900 mil euros por parte de la administración española, asegura Camps .

Durante cuatro meses, Madrid mantuvo el Open Arms bloqueado en el puerto de Barcelona y solo le permitió salir en abril con la condición de no acercarse al Mediterráneo central.

Se trata de la ruta migratoria más mortífera en este mar donde hace pocos años operaban numerosas oenegés dedicadas al rescate de migrantes.

Pero los obstáculos impuestos por el gobierno italiano, especialmente por su ministro de Interior ultraderechista Matteo Salvini , ha hecho disminuir el número de organizaciones humanitarias en la zona.

En las últimas semanas solo estaba el barco Sea-Watch, bloqueado con 40 migrantes a bordo frente a las costas de la isla italiana de Lampedusa , donde tienen vetado el acceso.

Su joven capitana alemana Carola Rackete está protagonizando un duro pulso con Salvini , que exige el arresto de la tripulación y el secuestro del barco.

"Ahora no hay ninguna organización allí. Si hay una embarcación con 400 personas con problemas y vuelcan, esas 400 personas morirán. ¿Nos lo dirán? ¿Quién nos lo dirá si no hay nadie? Por eso nuestra presencia es importante", afirma.

Pero "el objetivo no es el rescate, el rescate es una obligación según el derecho marítimo internacional", insiste.

El buque debería llegar en dos días a esa zona en la que no navegaba desde el año anterior.

Entonces, sus misiones terminaron con un largo regreso a España para desembarcar a los migrantes rescatados puesto que Italia y Malta cerraron sus puertos.

Ahora, Camps quiere seguir el ejemplo de la joven capitana alemana y plantar cara a Salvini .

"Hay varios puertos seguros en el Mediterráneo central donde deberían desembarcar estas personas y es allí donde tenemos que obligar a las administraciones a asumir su responsabilidad", afirma.

"Es lo que ha hecho el Sea-Watch , se ha quedado plantado ante el puerto más seguro que había".

agv

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