Moscú.— Alto funcionario y desconocido por la opinión pública, Mijail Mishustin, designado ayer primer ministro por el presidente Vladimir Putin, dirige desde hace 10 años el servicio de recaudación de impuestos, donde logró fama de eficaz.

Este moscovita de 53 años, ingeniero, reemplazará, si la Duma (Cámara Baja del Parlamento) lo aprueba hoy, a Dimitri Medvedev, quien presentó la renuncia de su gobierno después de que Putin expresara su deseo de llevar a cabo importantes reformas constitucionales.

Al mando del fisco ruso, este hombre calvo de rostro ancho tiene en su corto curriculum un gran logro, según expresaba de forma grandilocuente la emisora televisiva pública Rossiya-24. “Creó el mejor sistema de colecta de impuestos del mundo”, aseguró la cadena poco después del anuncio de su nombramiento.

Y una ventaja clave: está libre de la mácula de la corrupción. “Es conocido como un magnífico burócrata, en el mejor sentido de la palabra. Para Putin es conocido como una persona que no está vinculada con ningún escándalo”, apuntó el politólogo Gleb Pavloski.

A nivel ideológico, no es considerado un liberal, pero tampoco es visto como una persona cercana a los “silovikí”, los miembros de los órganos de seguridad del Estado.

Apreciado por Putin, Mishustin, amante de las nuevas tecnologías, se mostró en varias ocasiones a su lado, especialmente jugando hockey sobre hielo —es miembro del consejo de supervisión del club de hockey de CSKA Moscú—. Está casado y es padre de tres hijos.

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