El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abandonó este lunes el hospital Walter Reed, donde estuvo durante tres días por el covid-19.
Aunque consideran que no está "totalmente fuera de peligro", el doctor Sean Conley dijo que Trump podrá seguir siendo tratado de la covid-19 en la Casa Blanca, ya que su situación ha seguido mejorando.
Según Conley, Turmp cumplió este lunes 72 horas sin fiebre.
Poco antes de que el equipo médico que trata a Trump confirmara el alta ante la prensa, ya el presidente lo había tuiteado.
https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1313186529058136070
En su tuit, Trump, quien asegura que no se había sentido tan bien en los últimos 20 años, llama a no tenerle miedo al virus y a no dejar que domine la vida de las personas.
Trump salió por su propio pie del hospital con una máscara y fue trasladado en helicóptero a la Casa Blanca.
Al llegar a la residencia se quitó el cubrebocas y posó para los fotógrafos.
Según datos de la universidad Johns Hopkins, este lunes Estados Unidos, el país más afectado del mundo, ya había confirmado más de 7.4 millones de casos y casi 210.000 muertes.
Como en comparecencias anteriores, el equipo médico que trata a Trump reveló ciertos datos sobre la salud del presidente y también dejó sin respuestas algunas de las preguntas de los periodistas, como cuándo fue el último test negativo del mandatario o hasta dónde había llegado la fiebre.
El doctor Conley no quiso hacer público en detalle todo el tratamiento que recibe el presidente, pero este mismo lunes volvió a confirmar que:
Los médicos también explicaron que, el pasado viernes, Trump no estaba en cama, pero aun así se decidió que era mejor que fuera al hospital militar Walter Reed.
Durante la comparecencia, de este lunes Conley volvió a evitar despejar algunas dudas que había dejado en comparecencias anteriores.
No se sabe, por ejemplo, si el presidente ha tenido o tiene neumonía.
Anteriormente los médicos habían explicado que se le han hecho radiografías y tomografías, pero cuando los periodistas preguntan si encontraron señales de neumonía o daño a los pulmones, Conley volvió a negarse a dar una respuesta. El fin de semana había dicho que hubo "los hallazgos esperados", sin precisar a qué se refería.
El domingo, el médico Brian Garibaldi, de la Universidad Johns Hopkins, apuntó que el funcionamiento del hígado y los riñones de Trump era normal, lo que abrió interrogantes sobre si había habido problemas con estos órganos anteriormente.
Este lunes la cuestión volvió a quedar sin respuesta.
Más allá de las cuestiones relacionadas con la salud, lo que sigue sin estar claro es en qué momento exacto se contagió Trump y cuándo le confirmaron el positivo por covid-19. Y este lunes volvieron a evitar dar una respuesta.
El presidente anunció en Twitter su positivo y el de su esposa, Melania, en la madrugada del jueves al viernes.
Pero el sábado al mediodía, el doctor Conley mencionó que habían pasado 72 horas desde el diagnóstico. Ese comentario despertó alarmas en las mentes de muchas personas, a quienes no les salían las cuentas.
¿Había sido un error o se le había escapado el dato real? Las sospechas no remitieron pese a la rectificación que difundió después el propio médico.
La discrepancia importa, porque entre miércoles y jueves el presidente acudió a un mitin, viajó con su equipo a eventos para recaudar fondos y se encontró con distintas personas.
¿Sabía que estaba contagiado? ¿Lo sabían los de su entorno? Y si es así, ¿por qué le dejaron que siguiera con sus planes?
Tampoco se sabe si hubo algún momento en que Trump tuviera síntomas ni cuándo fue la última vez que dio negativo en la prueba del coronavirus.
"Si era infeccioso o sintomático y siguió adelante con su agenda se abre la pregunta de qué precauciones adoptó", señalan los periodistas de la BBC Emily Maitlis y Jon Sopel en el podcast Americast.
Algunas voces apelan al derecho de confidencialidad del paciente para justificar estos vacíos de información, pero muchas otras recuerdan que la información sobre la salud de los presidentes en EE.UU. suele ser pública, incluidas las revisiones anuales a las que se someten.
Análisis de James Gallagher, corresponsal de Ciencia y Salud de la BBC
Los esteroides salvan vidas al calmar el sistema inmunitario, que se puede volver hiperactivo a causa de la covid-19, pero necesitan usarse en el momento adecuado. Si lo administras demasiado pronto, el medicamento puede empeorar las cosas al impedir la capacidad del cuerpo de luchar contra el virus.
No es una medicina que le darías a alguien en una fase "leve" de la enfermedad.
El Recovery Trial ("Ensayo de recuperación) que se realizó en Reino Unido mostró que los beneficios de la medicina se activan cuando los pacientes necesitan oxígeno, algo que sucedió con Trump.
La Organización Mundial de la Salud interpretó esos hallazgos y recomendó el uso de este esteroide en casos "graves y críticos".
Los niveles de oxígeno en sangre de Trump cayeron por debajo del 94%, lo que supone uno de los criterios de los Institutos Nacionales de Salud británicos para considerar que la enfermedad es "grave".
Sin embargo, esos niveles bajos de oxígeno no fueron sostenidos y la diferencia entre que una persona necesite oxígeno temporalmente y un estado avanzado de covid-19 es enorme.
No conocemos todos los detalles del estado de Trump, pero es difícil imaginar que a cualquiera de nosotros nos dieran el alta del hospital mientras nos administran dexametasona y remdesivir y después de haber recibido una terapia experimental con anticuerpos.
Ahora bien, no tenemos el apoyo médico con el que cuenta el presidente de Estados Unidos.
La actitud de Conley a la hora de manejar información no ha estado exenta de críticas.
De hecho, el fin de semana fue confrontado por los periodistas porque había evitado revelar que Trump había recibido oxígeno.
"Intenté reflejar la actitud optimista del equipo", se defendió el doctor. "No quise dar información que fuera a encaminar el curso de la enfermedad en otra dirección y al hacerlo pareció que intentábamos ocultar algo, lo que no es necesariamente verdad".
Por su parte, Alyssa Farah, directora de comunicaciones estratégicas en la Casa Blanca, dijo que el gobierno se esmera en ser "tan transparente" como puede sobre la salud de Trump.
"Es una práctica médica muy común el querer transmitir confianza y querer subir los ánimos de la persona que estás tratando", le dijo Farah a la cadena Fox News.
La funcionaria añadió que es absolutamente falso que Trump esté molesto con su jefe de gabinete, Mark Meadows, por ofrecer una imagen menos optimista el sábado.
Análisis de Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC en EE.UU.
Donald Trump está en casa. En este caso, esa casa es un lugar seguro propiedad del gobierno de Estados Unidos con las mejores instalaciones de salud.
Su retorno a la Casa Blanca ha sido celebrado por él mismo y por su equipo médico como una importante indicación de que su estado ha mejorado.
"Está de regreso", dijo el médico de la Casa Blanca, Sean Conley, durante su presencia ante los medios este lunes.
Conley y sus colegas médicos compartieron detalles positivos del estado de salud del presidente: ausencia de fiebre, buenos niveles de oxígeno en sangre y ningún "problema respiratorio".
Pero de nuevo se negaron a decir cuándo fue la última vez que Trump dio negativo en un test, una información que ayudaría a determinar si el presidente expuso a alguien más al virus.
Y presionados para que den más detalles sobre la condición del presidente, como si hay evidencia de daño a largo plazo en sus pulmones, se escudaron en la privacidad del paciente.
Pero ese paciente es el presidente de Estados Unidos y los estadounidenses pueden querer más detalles sobre su salud a largo plazo y su pronóstico, particularmente porque en un mes irán a las urnas para decidir si le dan otros cuatro años en la presidencia.
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https://www.youtube.com/watch?v=mYv_EYYngC4&t=8s