Washington.— El presidente Donald Trump afirmó ayer que llevará su idea de poner fin al derecho a la ciudadanía por nacimiento a la Corte Suprema de Estados Unidos, un asunto que ha generado un agrio debate en el país.

A menos de una semana para las elecciones de medio mandato que se anuncian reñidas y en las cuales el oficialista Partido Republicano podría perder el control del Congreso, Trump ha buscado colocar la inmigración como eje del debate político. El martes, el mandatario puso en duda el derecho constitucional a la ciudadanía para los hijos de migrantes nacidos en territorio estadounidense y dijo que podría decretar su fin. Este derecho está consagrado en la 14 Enmienda de la Constitución y una reforma así requiere una mayoría de dos tercios del Congreso.

Ayer insistió. “El llamado Derecho de Ciudadanía por Nacimiento, que le cuesta a nuestro país miles de millones de dólares, es muy injusto para nuestros ciudadanos, va a terminar de una forma o de otra. No está cubierta por la Enmienda 14 por las palabras ‘sujeta a su jurisdicción’. Muchos expertos están de acuerdo”, tuiteó. “¡Este caso va a ser resuelto por la Corte Suprema!”, prometió.

El debate remeció incluso al Partido Republicano. El martes, Paul Ryan, jefe de la Cámara de Representantes, dijo que este derecho no se puede abolir con una orden del Ejecutivo. Trump le respondió ayer diciéndole que “Ryan debería estar centrado en retener la mayoría [republicana en la Cámara Baja] en lugar de dar sus opiniones sobre la Ciudadanía por Derecho de Nacimiento, algo de lo que no sabe nada!”.

El congresista demócrata Luis Gutiérrez calificó el plan de Trump de un acto de desesperación que busca estimular el voto conservador. “Está jugando la carta racista”, señaló.

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