El gobierno de señaló hoy que seguirá investigando las posibles reacciones en pacientes a las vacunas de , después de que en la víspera la compañía afirmara que las partículas de acero halladas en algunas de sus dosis no suponen un riesgo sanitario.

Moderna hizo públicos el pasado miércoles los resultados de los análisis de las impurezas detectadas en una partida de sus vacunas fabricadas en España y distribuidas en Japón, que fueron identificadas como "partículas de acero" procedentes de un fallo técnico en la línea de producción de Rovi, su proveedora española.

Estas anomalías "no suponen un riesgo excesivo desde el punto de vista médico", según un comunicado conjunto publicado por Moderna y su distribuidora en Japón, Takeda, y del que se hizo eco este jueves el ministro portavoz del Ejecutivo, Katsunobu Kato.

La influencia de este problema sobre la campaña de vacunación de Japón "será mínimo", según dijo hoy en rueda de prensa Kato, quien explicó que se han garantizado suministros alternativos para sustituir las 1.63 millones de dosis que fueron bloqueadas al detectarse las impurezas.

Las vacunas retiradas correspondían a tres lotes producidos al mismo tiempo y en la misma planta de Rovi y fueron bloqueados como medida de precaución tras detectarse las irregularidades en frascos correspondientes a una de las tres partidas.

Las autoridades niponas investigan asimismo la muerte de dos personas que fueron vacunadas con uno de los tres lotes antes de que llegaran a ser retirados, para tratar de esclarecer si hay alguna conexión entre los fallecimientos y la inoculación.

Un portavoz del Ministerio de Sanidad dijo hoy a Efe que se continúan analizando los casos de posibles reacciones a las vacunas de Moderna, incluyendo los dos citados fallecimientos, en las reuniones de expertos que monitorizan la seguridad de los fármacos anticovid .

La misma fuente no quiso pronunciarse sobre si las autoridades niponas contemplan imponer algún tipo de sanción a las farmacéuticas por el problema de los viales contaminados.

En su comunicado de la víspera, Takeda y Moderna señalaron que por ahora "no hay pruebas" de que las muertes hayan podido ser causadas por las vacunas, aunque destacan la importancia de llevar a cabo una investigación formal para confirmarlo.

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lsm

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