Budapest.— El gobernante partido Fidesz, del polémico primer ministro, el conservador nacionalista, Viktor Orban, logró ayer una victoria arrolladora en las elecciones generales de Hungría, con 48.9% de los votos, con un escrutinio de 95%, lo que representa una “cachetada” para la Unión Europea, que critica medidas impulsadas por él.

Según la Oficina Nacional Electoral de Hungría, el ultraderechista partido Jobbik, liderado por Gábor Vona, alcanzó 20%, y la coalición de izquierdas, formada por los socialdemócratas y “Diálogo”, que apoyó a Gergely Karácsony con 12%.

Con estos datos, el Fidesz no sólo logra cuatro puntos porcentuales más que en 2014, sino que estiman que obtendrá hasta 134 de los 199 escaños del Parlamento.

De esta forma, Orban, un político derechista, nacionalista y eurófobo podría volver a asegurarse una mayoría de dos tercios en el Parlamento, con la que se puede cambiar la Constitución, para su cuarto mandato, el tercero consecutivo en su carrera política.

“Ganamos”, dijo Orban a sus seguidores poco después de que se conocieran los resultados. “Queridos amigos, tenemos una gran batalla detrás nuestro, nos hemos asegurado una victoria histórica... Tuvimos una oportunidad, creamos una oportunidad para poder proteger a Hungría”, señaló y añadió: “La alta participación deja cualquier duda en suspenso”.

Orban, fuerte detractor de la entrada de migrantes y el más duro crítico de la política migratoria de la Unión Europea (UE), critica continuamente el tema, por lo que se prevé que su triunfo generará conflictos entre Budapest y Bruselas.

La oposición acusa a Orban de desmantelar la democracia y de derivar recursos estatales y fondos europeos hacia oligarcas que le son afines; sin embargo, él rechaza todas las acusaciones.

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