Chepol, Guatemala.— En algunas comunidades más pobres de , país de origen de la gran mayoría de las víctimas, crecen la incertidumbre y la tensión por saber el paradero de sus seres queridos mientras las autoridades mexicanas y guatemaltecas iniciaban los trabajos de identificación de los, hasta ahora, 55 migrantes fallecidos en el sur de México al volcar un camión de carga con más de 160 personas hacinadas en su contenedor.

“Mi hermano estaba en el accidente”, lamentó Víctor Manuel Mateo Tiniguar desde una zona indígena del departamento de Quiché, al occidente de la capital guatemalteca y de donde son originarios varios de los heridos y por lo menos dos de los migrantes de quienes no se cuenta con información.

Mateo Tiniguar asegura que por medio de fotografías que se viralizaron identificó a su hermano, Elías Salvador.

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“Sí era él, se miraba acostado pero no sabemos si estaba grave o está muerto”, indicó.

La familia vive en una casa situada en la parte baja de un barranco en Chepol, Chichicastenango. Sin trabajo y sin dinero ni siquiera para una recarga de celular para buscar información, se aferraban el sábado a la esperanza de que Elías Salvador estuviera vivo y que fuera uno de los tres migrantes heridos aún no identificados.

Pero dos días después de la tragedia, viven sumidos en la angustia ante la posibilidad de que esté entre los fallecidos.

Los cuerpos de los 55 migrantes que perdieron la vida el jueves se encuentran repartidos en tres morgues mientras las autoridades mexicanas y guatemaltecas trabajan en los trámites de identificación de los mismos.

Un trabajador del servicio forense, que no quiso identificarse al no estar autorizado a dar declaraciones, indicó a The Associated Press al llegar a Tuxtla Gutiérrez, la capital de Chiapas y donde tuvo lugar la volcadura, que habían pedido ayuda porque no tenían capacidad suficiente.

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El proceso está resultando complicado y lento porque muchos de los cadáveres no portaban identificaciones y otros están en malas condiciones, dijo un funcionario del estado de Chiapas, que también pidió no ser citado por nombre al no tener autorización para hablar públicamente sobre el tema.

Además, aunque algunos de los heridos dijeron viajar acompañados de familiares o amigos, muchos todavía no se encuentran en condiciones de ir a reconocerlos por si están entre los muertos, agregó el funcionario.

Las autoridades de Guatemala pusieron a disposición de la ciudadanía varios teléfonos, pero en zonas tan pobres como el departamento del Quiché faltan las respuestas.

Elías Salvador Mateo Tiniguar salió de su casa el miércoles con un cambio de ropa en una mochila vieja. No pagó por su viaje, pero se endeudó por unos 12 mil dólares que debía pagar si lograba entrar a Estados Unidos.

Según contó su hermano, no le dijo a nadie que se iba aunque sí le comentó que debía hacer algo para salir de la pobreza en la que están, sobre todo porque su padre enfermó por un derrame cerebral y necesitaba medicamento.

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“Mi patojo se fue a viajar para la medidita de mi esposo”, comentó Dominga Tiniguar, madre del joven desaparecido.

Víctor Manuel Mateo Tiniguar explica que ninguno de sus nueve hermanos aprendió a leer y escribir. Su padre, que lustraba zapatos en la capital, no alcanzaba a ganar lo suficiente para enviarlos a la escuela, por eso que su hermano vio una oportunidad cuando el coyote -traficante- que contactó le dijo que le ayudaría con casa y trabajo en Chicago. Eso era mejor que los cinco dólares que podría ganar diariamente en tareas de agricultura en su comunidad.

Martín, el hermano de Pedro Méndez, era otro migrante de Chepol que iba en el tráiler y resultó herido —pero no está grave.

Cerca de 40 de los sobrevivientes estaban ingresados con “múltiples contusiones” en hospitales de la zona y una veintena más presentaba fracturas óseas, sobre todo en brazos y muñecas, lo que sugiere que trataron de amortiguar la fuerza del impacto cuando el tráiler abarrotado de migrantes volcó y se estrelló contra un puente peatonal.

Otros presentaban cuadros de mayor gravedad: lesiones cerebrales o daños internos, a menudo con el pecho, el abdomen o la pelvis aplastados. La fuerza del choque golpeó a los migrantes entre sí, los empujó contra las paredes de acero de la caja del camión y arrojó a algunos al asfalto.

Méndez se ha convertido en el apoyo de Mateo Tiniguar, su vecino. Juntos han buscado por varios medios en línea información sobre Elías Salvador. Lo único que tienen seguro es que iba en el camión accidentado porque se lo confirmó el joven herido.

“Dice que lo vio, pero iba grave, ya no hablaba”, dijo Mateo Tiniguar.

Autoridades mexicanas y guatemaltecas ya investigan a la red de traficantes que operaba el tráiler a la vez que intentan agilizar la ayuda a los heridos, el ofrecimiento de visas humanitarias para quien quisiera quedarse en México y las identificaciones. Según la cancillería guatemalteca, seis familiares ya se encuentran en territorio mexicano para conocer la situación de sus seres queridos.

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Los familiares de los accidentados insistían en que lo urgente es saber la suerte que tendrán las víctimas, quién correrá con los gastos de sus traslados, sobre todo cómo y cuándo se harán.

“Quiero por favor que me ayuden a buscarlo, si está vivo o muerto”, pidió Mateo Tiniguar.

Méndez agrega que han discutido la posibilidad de viajar a México a buscar a sus familiares.

“Quizás alguien puede ayudarnos”, concluyó.

rmlgv

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