Israel bombardeó ayer objetivos militares iraníes en Siria, después de que uno de sus aviones fuera derribado por la defensa antiaérea siria, causando una escalada de violencia. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió que hará “lo que sea necesario para defender la soberanía y la seguridad”. El ataque israelí fue respaldado por Estados Unidos, mientras que Rusia hizo un llamado a “evitar pasos que desencadenen un nuevo brote peligroso de la confrontación en la zona”.

Es la primera vez que Fuerzas Armadas israelíes reconocen haber atacado blancos iraníes desde que empezó la guerra en Siria, donde Teherán, enemigo acérrimo de Israel, es aliado del régimen de Bashar al-Assad.

Todo comenzó antes de la madrugada con la incursión en el espacio aéreo israelí de un dron lanzado desde Siria y que, según Israel, era iraní. El mando conjunto de las fuerzas aliadas al régimen sirio —entre ellas Irán y Hezbolá— desmintieron en un comunicado cualquier violación del espacio aéreo israelí. El aparato no pilotado, vigilado por Israel tras su lanzamiento desde una “base iraní” cerca de Palmira, en Siria, fue derribado por un helicóptero en el valle del Jordán.

En represalia, ocho aviones atacaron elementos del sistema de lanzamiento del dron, según el portavoz de las Fuerzas Armadas israelíes, teniente-coronel Jonathan Cornicus.

Tras esta agresión, Israel perdió su avión de combate F16, que se estrelló en su propio territorio tras ser atacado por la defensa antiaérea siria. Los dos pilotos lograron eyectarse, pero uno de ellos resultó gravemente herido.

La aviación de ese país lanzó una segunda serie de ataques contra 12 objetivos, entre ellos tres baterías de defensa antiaérea y cuatro blancos del “dispositivo militar iraní en Siria”.

Ante la tensión en el conflicto, Netanyahu afirmó que “Israel quiere la paz, pero continuaremos defendiéndonos con determinación contra cualquier ataque y contra cualquier intento por parte de Irán de arraigarse militarmente en Siria o en otra parte”.

Estados Unidos, su aliado histórico, dijo que “apoya con firmeza el derecho soberano de Israel a defenderse”, pero añadió estar “profundamente preocupado por la escalada de violencia”.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, habló ayer con Netanyahu y le pidió “evitar pasos que desencadenen un nuevo brote peligroso de la confrontación en la zona”.

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