Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo ayer que el TLCAN “podría adoptar otra forma”, al insistir en posibles acuerdos bilaterales con México y Canadá, en el primero de dos días de la cumbre del G-7, en Québec, que exhibió la fractura existente entre EU y el resto de la comunidad internacional.

Trump llegó a la cumbre del G-7 —integrada, además de EU, por Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Japón y Canadá—, con la espada desenvainada. La relación, incendiada por la reciente imposición de aranceles por parte de Washington al acero y al aluminio, está peor que nunca.

Desde antes de partir hacia la localidad canadiense de La Malbaie, en Québec, donde se realizó el encuentro, Trump se lanzó ala ofensiva, destacando las “prácticas comerciales injustas” que, dice, mantienen Canadá y la Unión Europea con EU. En el paquete incluyó a México, que no es parte del G-7. “La Unión Europea nos trata injustamente. Canadá, muy injustamente. México, muy injustamente. Habiendo dicho eso, probablemente sería muy fácil hacer un trato... Ahora, si no logramos alcanzar un pacto, terminaremos el TLCAN, tendremos un mejor acuerdo”, dijo.

Respondió así a las advertencias que lanzaran el premier canadiente Justin Trudeau y el mandatario francés Emmanuel Macron contra el aislacionismo del Trump y su política de “Estados Unidos primero”.

Justo antes de subir al avión que lo llevaría a Canada, Trump todavía lanzó un último órdago, al reclamar que se volviera a aceptar a Rusia en el G-7. “Quizá no es políticamente correcto, pero tenemos un mundo por gestionar. Tendríamos que permitir que Rusia vuelva, porque tendríamos que tener a Rusia en la mesa de negociación”, dijo.

La propuesta es una bomba de relojería. Moscú fue expulsada del grupo tras anexionarse Crimea en 2014, y las potencias que quedan están más cómodas ahora que antes.

Luego, tras su reunión con Trudeau, Trump retomó el tema del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). “Podría ser que tome una forma diferente. Podría ser con Canadá, con México, uno a uno. Un acuerdo mucho más simple, mucho más fácil de hacer”, dijo.

En tono de broma, Trump dijo que apreciaba que “Justin está de acuerdo en recortar todas las tarifas y barreras comerciales entre Canadá y Estados Unidos”, a lo que Trudeau le respondió que el TLCAN “está funcionando bien”.

Pese a las sonrisas que aparecieron para la foto grupal, las tensiones eran evidentes. Muchos analistas han renombrado la reunión como el G6+1, de la que no se espera que salga un comunicado conjunto como es tradicional. Tan mala es la relación, tan hostil es el ambiente contra la política de EU, que Trump decidió que, con la excusa de que tiene que viajar a Singapur para su cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong-un, no asistirá a las últimas reuniones y abandonará Québec cuatro horas antes de la ceremonia de clausura.

La guerra comercial que desató Washington llevó a los otros países del G-7 a reforzar su bloque unitario contra la gran potencia mundial, cada vez más reticentes a confiar en un socio poco fiable. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, acusó a Trump de “querer cambiar el orden internacional” y confesó que, en el contexto actual, la cumbre sería “la más difícil de los últimos años”.

En el bloque occidental, especialmente entre los socios europeos, todavía escuece el abandono del Pacto por el Clima de París y el acuerdo nuclear con Irán, acciones rechazadas por la comunidad internacional. Con información de agencias

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