Washington.— La Guardia Revolucionaria de Irán derribó la madrugada de ayer un dron estadounidense y con la caída de esta aeronave se disparó de nuevo la tensión entre Teherán y Washington, al grado de que según The New York Times, el presidente Donald Trump había autorizado un ataque militar, que finalmente suspendió.

“¡Irán ha cometido un error muy grande!”, tuiteó Trump. El Comando Central del Pentágono, encargado de las operaciones en Medio Oriente, confirmó que el dron estadounidense había sido abatido.

Hay divergencias sobre lo que ocurrió, el modelo del dron derribado y, especialmente y clave en el suceso, dónde fue atacado. Según los iraníes, la aeronave penetró su espacio aéreo nacional por el sur del país; según los estadounidenses, el aparato se encontraba a 34 kilómetros de las costas iraníes, en territorio internacional.

El gobierno iraní denunció una acción estadounidense “provocadora” y “muy peligrosa” contra su “integridad territorial”, en una carta enviada al Consejo de Seguridad de la ONU. El embajador iraní ante el organismo internacional, Majid Takht Ravanchi, señaló que el dron estaba en una “clara operación de espionaje”. Además, calificó el vuelo como una “flagrante violación de la ley internacional”. Irán dijo haber hallado en sus aguas territoriales restos del dron.

“La información de Irán es falsa”, aseguró Bill Urban, portavoz del Comando Central de EU. “Fue un ataque sin previa provocación sobre un activo de vigilancia de EU en un espacio aéreo internacional”, aseguró. Ambos gobiernos presentaron mapas, coordenadas y videos para defender su posición.

Teherán, a través del comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Husein Salami, dijo que el derribo del dron es un mensaje “claro y firme” a las “acciones provocadoras” de EU: “Nuestras fronteras son una línea roja (...) No queremos una guerra con ningún país, pero estamos preparados”.

La Casa Blanca hizo varias reuniones de emergencia para analizar posibles represalias. Según el Times, Trump ordenó un ataque y los aviones habían partido teniendo como blanco un puñado de objetivos iraníes, pero se les ordenó suspenderlos.

Por la noche se anunció el veto a los vuelos comerciales de EU en el espacio aéreo iraní. Además, se informó a los líderes del Congreso de la situación. “Lo descubrirán pronto”, se limitó a responder Trump desde el Despacho Oval, al ser cuestionado acerca de una respuesta militar.

Muchos creen que los sectores más radicales de la administración estarían empujando a Trump para que supere su aversión al conflicto armado —entre sus promesas políticas estuvo la de salir de cualquier guerra—, y ataque a Irán, una posición especialmente defendida por el halcón radical John Bolton, su principal asesor en seguridad. Otros confidentes en la materia, como el senador Tom Cotton, hace tiempo que piden “bombardear” a Irán.

La administración Trump lleva tiempo diciendo que su línea roja será traspasada cuando haya una baja en sus filas. “No había ningún hombre en el dron. Si hubiera ocurrido, sería una gran, gran diferencia”, reconoció el mandatario de EU.

Trump, sin ninguna base, dijo creer que la acción no se había realizado de forma intencional y que probablemente era un error de alguien “estúpido”. Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara Baja, indicó que EU no tiene “apetito” de guerra y mostró su temor a que, por “un error de cálculo”, se pueda acabar en una situación “muy mala”. El presidente ruso, Vladimir Putin, hizo un llamado a la distensión para evitar una “catástrofe regional”.

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