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Chicago.— Activistas denunciaron ayer la deportación exprés del veterano de guerra estadounidense de origen mexicano Miguel Pérez Jr., sin posibilidades de despedirse de su familia, sin dinero y “con la ropa [que llevaba puesta] en el cuerpo”.
“Es un abuso que nunca olvidaremos”, declaró la activista y pastora Emma Lozano, quien al frente de la organización Familia Unida encabezó la defensa de Pérez y los múltiples recursos infructuosos ante Inmigración, para evitar la deportación. Lozano ignoraba dónde se encuentra Pérez, aunque consideró probable que hubiera sido trasladado desde el aeropuerto O’Hare de Chicago a algún puesto fronterizo con México.
En una carta de último momento, enviada a la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen M. Nielsen, la senadora demócrata por Illinois, Ta-mmy Duckworth, dijo estar “alarmada” porque la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) procedió a remover del país a Pérez, a pesar de que ella presentó una ley especial en su nombre que se tramita en el Congreso.
“Ni siquiera recibió los suministros básicos de ropa y dinero para sobrevivir durante los primeros días en un lugar que no considera su país desde los ocho años de edad”, señaló.
Esta semana, el ICE negó el último recurso presentado en nombre de Pérez para que se anulara la deportación, y el 15 de este mes los Servicios de Inmigración y Ciudadanía le habían negado la ciudadanía retroactiva al año 2001, cuando se enroló en los servicios especiales del ejército y fue enviado a combatir a Afganistán. El condecorado ex combatiente tenía residencia permanente en EU pero fue deportado por el antecedente de haber cumplido una pena de siete años en una prisión estatal por tráfico de drogas.
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