El presidente Donald Trump declaró ayer que la crisis de opioides de Estados Unidos es una emergencia de salud pública, en un intento por redirigir recursos federales y flexibilizar regulaciones para combatir su extendido abuso.

“De manera efectiva a partir de hoy [ayer], mi gobierno declara la epidemia de los opioides como una emergencia de salud pública”, anunció el presidente en un acto en la Casa Blanca.

El mandatario de la Unión Americana calificó la situación como “una vergüenza nacional” y una “tragedia humana. Vamos a superar la adicción en Estados Unidos”.

Funcionarios sostienen que la decisión ayudaría a combatir el abuso de analgésicos recetados, fentanilo y heroína, al expandir el acceso a tratamiento y elevar el personal del Departamento de Salud y Servicios Humanos para ayudar a los estados a abordar la epidemia, entre otros cambios.

Se esperaba que el presidente cumpliera con una promesa que hizo en agosto y declarara “emergencia nacional” la adicción a los analgésicos, lo que habría permitido destinar a la lucha contra ese problema dinero del Fondo Federal de Ayuda en Casos de Desastre, el mismo que se usa para tornados o huracanes.

En una llamada con la prensa, altos funcionarios indicaron que esa opción fue descartada porque los fondos para desastres, a largo plazo, no sirven para hacer frente a un mal como la adicción.

En vez de una “emergencia nacional”, el magnate optó por declarar una “emergencia de salud pública”, de manera que no se destinarán nuevos fondos a la lucha contra los opioides; sin embargo, se eliminarán algunas barreras burocráticas para dar a los estados más flexibilidad en el uso de su dinero.

“Enfrentarnos a esto exigirá todos nuestros esfuerzos y nos demandará enfrentar la crisis en toda su complejidad”, dijo el republicano durante el acto en la Casa Blanca.

La medida se da en respuesta a una epidemia que ha empeorado en los últimos años y que es especialmente patente en zonas rurales.

Estados Unidos está batallando contra un fuerte incremento de muertes relacionadas con el uso de opioides, que en 2015 llegaron a 33 mil, el mayor nivel desde que se tienen registros, de acuerdo con datos federales. Según datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), 64 mil personas murieron el año pasado por sobredosis de opioides (incluida la heroína) en Estados Unidos, lo que supone el deceso de 175 estadounidenses al día y siete víctimas mortales cada hora.

Los críticos de Trump temen que dar prioridad a la lucha contra los opioides descuide las investigaciones, por ejemplo, sobre el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

Trump reconoció que hay que enfrentar el problema de la demanda de drogas de EU, pero aseguró que no existe “otra opción” que trabajar con otros países, tanto China como naciones en Latinoamérica, para afrontar la situación.

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