San José.— La dirigente opositora venezolana María Corina Machado Parisca dice que el gobierno de Cuba tiene convencido al cuestionado presidente venezolano, Nicolás Maduro, de que “no va a pasar nada” que amenace su permanencia en el poder.

“Una de las mentiras más grandes que pretenden sembrar es hacer creer que si Maduro sale por la presión de las fuerzas democráticas de Occidente habrá una guerra civil”, afirma Machado, de 51 años, con tres hijos, divorciada, ex diputada e ingeniera industrial, en una entrevista con EL UNIVERSAL.

Cuba ejerce, y niega reiteradamente, un fuerte control en los asuntos internos de Venezuela e instruye a Maduro en “que todo es un blof [una fanfarronería], que todo es mentira, le hace creer que no va a pasar nada” en su contra, como una intervención militar de Estados Unidos, explica. La crisis está “trancada”, admite.

Por un lado, Maduro, desconocido por decenas de países desde el 10 de enero pasado como mandatario y acusado de usurpar el poder por reelegirse en 2018 en comicios legítimos para gobernar hasta 2025. Por el otro, Juan Guaidó, reconocido por más de medio centenar de naciones desde el 23 de enero como presidente interino.

¿Están todas las opciones sobre la mesa, incluida la militar?

—Ya no. Se descartan las que parten del engaño por buscar algún tipo de cohabitación con las mafias criminales. La naturaleza del régimen es cada vez más clara: está dispuesto a cualquier cosa con tal de permanecer en el poder. La muerte de niños venezolanos y el éxodo de millones son intencionales. La única manera de que un sistema criminal reaccione es ante una amenaza real. Es hora de que los gobiernos democráticos del hemisferio, con su responsabilidad de proteger y detener el genocidio, y los venezolanos demos el paso firme y decidido para la liberación de Venezuela e iniciar su reconstrucción.

Hay intereses criminales que no quieren que esto cambie o, en el peor de los casos, estarían dispuestos a sacrificar a Maduro, pero dejando a esas mafias con sus negocios turbios bien enterrados, porque el temor no es a la intervención, es a la justicia que va a derivar de un cambio profundo. Planteamos el fin absoluto de la impunidad y la corrupción. Tenemos que ir a una transición en la que las mafias queden fuera del poder.

¿Está trancada la crisis?

—Efectivamente. Están las mafias criminales, los cárteles de la droga, la guerrilla colombiana o los grupos terroristas islámicos que se apoderaron de las instituciones, del territorio y los recursos de Venezuela. Están las democracias de Occidente conscientes de que un Estado criminal en el corazón de nuestro hemisferio sería devastador para la estabilidad regional.

¿Qué influencia ejerce Cuba en la crisis?

—El régimen cubano le dice [a Maduro] que todo es un blof, que todo es mentira, le hace creer que no va a pasar nada, que no va ocurrir ninguna acción firme y clara para salvar a Venezuela. Y pone de ejemplo una Cuba devastada durante más de 60 años, donde no ha ocurrido nada y la impunidad es total. De Venezuela no hay precedentes en el hemisferio de un régimen que no es una dictadura, ni siquiera un narcoEstado con respaldo del gobierno cubano. Es otra cosa: es entender que la justicia, las fuerzas armadas, los medios de comunicación, los sectores productivos y toda la sociedad en Venezuela ha sido cooptada por un régimen mafioso y criminal.

El calendario avanza y la situación se agrava. ¿Qué va a pasar?

—Mientras Maduro esté en el poder, significa muertos. No puedo decir cuántos venezolanos van a morir por hambre, falta de oxígeno en los hospitales, asesinados por bandas criminales y grupos paramilitares pagados y armados por la tiranía. Sí puedo decir que, si esto no se detiene ya y si este genocidio no es cortado de raíz, esta tragedia va a expandirse por toda América Latina. Las corporaciones criminales tienen una lógica expansionista.

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