Washington.— Las autoridades de Estados Unidos detuvieron al principal sospechoso de la oleada de paquetes bomba dirigidas a críticos del presidente Donald Trump y objetivos de los ataques de la derecha del país.

Cesar Altieri Sayoc Jr., de 56 años y residente en Florida, fue arrestado y acusado de ser el autor de los envíos que pusieron en pánico a la Unión Americana, y enfrenta cinco delitos federales por los que podría ser condenado a 48 años de cárcel.

Tras una cacería exprés, una huella digital, además de restos de ADN, fueron suficientes para identificarlo y llevar a su arresto en la localidad de Aventura, en Florida, cuando estaba en su camioneta. El vehículo estaba cubierto de calcomanías con referencias a Trump, contrarias a CNN y memes usados por la ultraderecha.

El fiscal general de EU, Jeff Se-ssions, no entró en detalles, pero confirmó que el sospechoso pareció tener motivos “partidistas” en sus ataques. El procurador fue el encargado de informar oficialmente de la detención y las acusaciones a las que deberá enfrentarse en una corte federal.

A pesar de que no hay motivo oficial de la razón de los ataques, el perfil público de Sayoc coincide casi a la perfección con las hipótesis sobre la razón política. Sus cuentas de Twitter y Facebook están llenas de imágenes contra algunas de las víctimas de sus envíos, como el filántropo George Soros o el ex presidente Barack Obama, además de varias teorías de la conspiración esparcidas por la ultraderecha y los fanáticos de la base trumpista. Además, sus escritos en redes sociales cuentan con muchos errores tipográficos, parecidos a los que se repetían en los paquetes.

Hasta el momento, el recuento final de paquetes bomba detectados ascendió a 13, todos de las mismas características y que el FBI, según su director Christopher Wray, nunca consideró “una farsa”.

Cada sobre manila contenía un artefacto explosivo con un reloj y una tubería de PVC; otros también tenían pólvora, proyectiles u otros elementos. Los últimos tres dispositivos identificados estaban dirigidos al ex director nacional de Inteligencia de la administración Obama, James Clapper, y a los senadores demócratas y potenciales candidatos presidenciales Corey Booker y Kamala Harris.

Clapper, en declaraciones a CNN, insistió en que se trata de un caso de “terrorismo doméstico”.

Trump cambió durante el día su tono sobre el tema. Primero se quejó de que “todo esto de las bombas” estaba desviando la atención de las legislativas de noviembre, y dijo que sus críticos lo estaban culpando erróneamente a él y su retórica. Después volvió a un mensaje más conciliador. “Nunca debemos permitir que la violencia doméstica se arraigue en EU y haré todo lo posible en mi poder para pararlo”, prometió. También llamó a la “unidad” para que actos “despreciables” no vuelvan a ocurrir en el país. “Tenemos que demostrar al mundo que estamos unidos en paz, amor y armonía”, pidió.

Luego, aseguró que no planea suavizar el tono de su discurso político. Afirmó: “Creo que he sido bastante suave hasta ahora. Realmente, podría endurecerlo [mi discurso], porque, como saben, los medios han sido extremadamente injustos conmigo y con el Partido Republicano”. Además, rechazó que haya conexión entre los frecuentes ataques verbales que dirige a la oposición y las acciones de Sayoc. “No hay ninguna culpa [que asumir por mi parte]”, dijo. Por la noche, declaró que se debe aplicar el “máximo castigo” por lo que llamó “actos terroristas”.

El magnate dijo no haber visto las fotografías suyas que cubrían las ventanas del vehículo de Sayoc. “No me he visto en la camioneta, pero he oído que era una persona que me prefería a mí en lugar de a otros”, dijo.

Cuestionado acerca de si planea telefonear a algunas de las víctimas de los intentos de ataque, como el ex mandatario Barack Obama o la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, Trump replicó: “Probablemente pasaré”. Con información de agencias

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