San José. – Brasil entró ayer a los 28 días más vibrantes de carrera electoral en sus 37 años como joven democracia, con los controversiales líderes de la política brasileña —el ultraderechista Jair Bolsonaro y el izquierdista Luiz Inácio Lula de Silva— enfrentados en una campaña presidencial para buscar alianzas y atizar los ataques sobre los flancos débiles de su rival rumbo a una fecha sin más allá: el 30 de octubre en la segunda y definitiva ronda en las urnas. 

Brasil quedó en una pugna que, luego del saldo del domingo anterior, se radicalizó en un choque de trenes conducidos por los principales pesos pesados de la política brasileña del siglo XXI: Bolsonaro, presidente desde enero de 2019 y en lucha por reelegirse a un segundo cuatrienio a partir de enero de 2023, y Lula, presidente de 2003 a 2010 y en busca de regresar al poder. 

“Independientemente de quién gane, lo que ya sabemos es que el país seguirá polarizado y dividido”, anticipó la politóloga brasileña Denilde Holzhacker, profesora en la (no estatal) Escuela Superior de Propaganda y Mercadeo, de Brasil. 

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“La campaña mantendrá el tono de crítica y agresividad para aumentar el desgaste y el rechazo entre los candidatos. Lula sale adelante con una ventaja de 5 puntos. Bolsonaro tendrá que correr para disminuir y superar a Lula en la recta final”, dijo Holzhacker a EL UNIVERSAL. 

Los dos “tienen un alto grado de rechazo, por lo que tendrán que buscar hablar con votantes de diferentes espectros para mejorar su desempeño”, agregó.

Tender puentes

Tras quedar fuera en la primera fase del domingo pasado, los candidatos presidenciales Simone Tebet, del opositor y centrista Movimiento Democrático Brasileño (MDB), y Ciro Gomes, del opositor y centroizquierdista Partido Democrático Laborista (PDT en portugués), dispondrán de cuota para negociar. 

El Tribunal Superior Electoral de Brasil precisó que Tebet recibió 4 millones 915 mil 306 votos (4.16%) y Gomes captó 3 millones 599 mil 201 (3.04%). 
Según el Tribunal, Lula, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), ganó con 57 millones 258 mil 115 sufragios (48.43%), y Bolsonaro, del derechista Partido Liberal (PL), quedó segundo con 51 millones 71 mil 277 (43.20%), pero ninguno recibió más del 50% necesario para ganar en primera vuelta. 

“Lula tendrá que buscar acercarse al centro, en especial a los votantes de Tebet y Gomes. Para Lula es central reducir el ‘antipetismo’ (por el PT) y el ‘antilulismo’, y tendrá que señalar más claramente cuáles son sus principales lineamientos para la economía. Acercarse a los votantes evangélicos y a la agroindustria también será parte de la estrategia de Lula”, narró Holzhacker. 

“Bolsonaro deberá reducir su rechazo entre las mujeres y los más pobres, moderar el discurso y tratar de mostrar las ganancias de su gobierno. Los aliados de Bolsonaro apostaron a que los resultados positivos de la economía serán importantes para revertir su rechazo, en especial entre los grupos más pobres y, con esto, tendría más posibilidades contra Lula”, alegó. 

La primera etapa confirmó al PT y al PL como los más importantes partidos de Brasil en representación legislativa y senatorial. 

“El PL aumentó el número de diputados federales e importantes aliados de Bolsonaro fueron elegidos para el Senado. Esto demuestra la fuerza del ‘bolsonarismo’ con el electorado más conservador y evangélico. La fuerza de los partidos de derecha también fue una característica importante”, planteó. 

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Con un abstencionismo del 20,95% en una nación de 156.4 millones de electores entre sus 215,4 millones de habitantes, los brasileños acudieron al domingo a elegir presidente, vicepresidente, 513 miembros de la Cámara de Diputados, 27 de los 81 del Senado y a las autoridades de los 26 estados y del Distrito Federal: gobernadores y vicegobernadores, asambleas legislativas regionales. 

Con 118 millones 226 mil 172 votos válidos, un millón 964 mil 761 en blanco y 3 millones 487 mil 835 nulos, el Tribunal reportó ayer que en 12 de los 26 estados también será necesario acudir el 30 de este mes a la pelea final por las gubernaturas en la que participarán cuatro candidatos del PL y tres del PT. En ningún estado habrá batalla directa entre ambos partidos.

¿Hay favorito?

Luego de que las más variadas encuestas pronosticaron que, el 2 de octubre, Bolsonaro recibiría cerca del 33% y Lula arrasaría con el 48% y con posibilidad de triunfo definitivo para convertirse en presidente electo sin necesidad de pasar al 30 de octubre, una duda sobrevuela en la política de Brasil: ¿hay un favorito? 

“La elección está abierta, es decir, aunque matemáticamente, la ventaja es Lula, Bolsonaro presenta más fuerza de la esperada”, afirmó el sociólogo y politólogo brasileño Rodrigo Augusto Prando, profesor e investigador de la (no estatal) Universidad Presbiteriana Mackenzie, de Brasil. 

“Lula hará un mayor esfuerzo para buscar a los votantes de Gomes y Tebet. Cuenta a su favor con que todos los candidatos que salieron adelante en la primera salieran victoriosos en la segunda”, describió Prando a este periódico. 

“Bolsonaro intentará, con ataques, aumentar el rechazo a Lula y también esperar a que mejore el escenario económico y esto puede mejorar la evaluación de su gobierno y su expectativa de votos”, anticipó. 

Al recordar que Bolsonaro “hizo un gran esfuerzo inyectando mucho dinero” de fuentes públicas a Auxilio Brasil, programa gubernamental de bienestar social, a subsidios a taxistas y camioneros y a reducir precios de los combustibles, subrayó: “Y eso puede contar a favor (de Bolsonaro) para la fecha de la votación”. 

Un vistazo a las primeras planas de ayer de los rotativos brasileños mostró la sorpresa por el resultado del domingo. “Un país dividido”, tituló Estado de Minas. Bolsonaro con “más votos” de lo previsto, destacó O Estado de Sao Paulo. “Demostración de fuerza” del “bolsonarismo”, publicó Folha de Sao Paulo. Bolsonaro “llega fuerte” a la segunda, reportó Correio Braziliense, mientras que Extra pidió: “¡Que haya corazón!”.

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