Brasilia.— El ultraderechista Jair Bolsonaro, favorito en las encuestas para el balotaje del 28 de octubre en Brasil, se echó por primera vez en contra a los mercados, tras moderar su plan de reformas liberales.

Su adversario, el izquierdista Fernando Haddad, por su lado, consiguió apenas un “apoyo crítico” del centroizquierdista Ciro Gomes, de quien se esperaba que fuera su principal refuerzo para acortar la enorme distancia que el ex capitán del ejército le sacó en la primera vuelta (46% contra 29%).

La primera encuesta realizada tras la elección del domingo mostró que esa ventaja apenas se acortó de un punto, pues da 58% de intención de voto válido a Bolsonaro, del partido Social Liberal (PSL), y 42% a Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT). El sondeo de Datafolha, con margen de error de 2 puntos porcentuales, se realizó ayer entre 3 mil 235 electores.

Bolsonaro, de 63 años, echó un balde de agua helada en las expectativas de los mercados, que habían recibido con euforia su triunfo en la primera vuelta, al descartar la privatización de Eletrobras y dejar en suspenso la revisión del sistema de pensiones, considerada esencial por los inversores.

Afirmó además que pondría límites a la penetración de capitales chinos. “¿Vamos a privatizar para capitales de cualquier lugar del mundo? China no está comprando en Brasil, China está comprando Brasil. ¿Vamos a dejar nuestra energía en manos chinas?”, cuestionó Bolsonaro ante las cámaras de la cadena Bandeirantes.

La reacción no se hizo esperar. La Bolsa de Sao Paulo cayó 2.8% el martes y el real se depreció frente al dólar. Las acciones de Eletrobras cayeron 9% (había llegado a perder más de 13% durante la sesión) y las de Petrobras 2.87%. Bolsonaro debió encarar además el anuncio de una investigación contra su asesor económico, el neoliberal Paulo Guedes, por sospechas de fraude con fondos de pensión de empresas estatales.

Cientos de brasileños volvieron a manifestarse ayer en Sao Paulo en defensa de la democracia y en repudio de la dictadura. Con mensajes y pancartas y al grito de “dictadura nunca más”, los manifestantes convirtieron la concentración en un acto de rechazo hacia Bolsonaro, quien ha causado polémica por sus declaraciones homófobas, racistas y machistas.

En tanto, el Partido Democrático Trabalhista (PDT, centrozquierda) de Ciro Gomes, que obtuvo 12.47% en la primera vuelta, declaró su “apoyo crítico” a la candidatura de Haddad para “evitar el derrocamiento de la democracia”, aunque Gomes se marginó de los actos de campaña. “No haremos ninguna reivindicación... Es un voto crítico. Es un voto sin participación en campaña”, dijo a la prensa el presidente del PDT, Carlos Lupi. Haddad recibió hasta ahora el apoyo del Partido Socialista PSB y del PSOL.

En su carrera por seducir al centro, Haddad continuó con su operación de disociación de la imagen del encarcelado ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien lo designó como su sustituto después de la invalidación de su candidatura. Tras anunciar que no visitará más a su mentor en la cárcel de Curitiba hasta después del 28, Haddad cambió ayer los colores del logotipo de su campaña del tradicional rojo del PT a los colores de la bandera de Brasil.

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