Addis Abeba/Nueva York.— El análisis de las cajas negras del Boeing 737 Max-8 que se estrelló la semana pasada al este de Addis Abeba con 157 personas a bordo, evidencia “semejanzas claras” con el accidente en octubre de 2018 de un ejemplar de la aerolínea Lion Air, señaló la ministra de Transportes etíope, al tiempo que la prensa estadounidense informó que el Departamento de Transporte investiga la aprobación de ese modelo de avión.

“En la investigación sobre la grabadora de parámetros (FDR, por sus siglas en inglés) se notaron semejanzas claras entre el vuelo 302 de Ethiopian Airlines y el vuelo 610 de Lion Air”, declaró ayer la ministra Dagmawit Moges en conferencia de prensa. El avión de Lion Air cayó en octubre frente a las costas de Indonesia con 189 personas a bordo, sin dejar sobrevivientes. La ministra precisó que el informe preliminar del accidente de Ethiopian Airlines será publicado en 30 días.

De acuerdo con el diario The Wall Street Journal, el Departamento de Transporte de Estados Unidos investiga posibles fallos en la aprobación, por parte de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), de los Boeing 737 Max.

Las cajas negras halladas en el lugar del accidente del avión que se estrelló en Etiopía, el FDR, así como la grabadora de las conversaciones en la cabina, fueron enviadas a Francia para extraer la información. Desde el accidente, varios expertos aludieron a “similitudes” entre este accidente y el de octubre pasado.

Como en el caso de la compañía indonesia Lion Air, la caída del Boeing de Ethiopian Airlines se produjo poco después del despegue. Ambos aviones experimentaron ascensos y descensos erráticos y velocidades de vuelo fluctuantes antes de estrellarse.

La información se dio a conocer mientras miles de personas marchaban en Addis Abeba para acompañar a 17 féretros vacíos cubiertos con la bandera nacional en un funeral en honor de las víctimas etíopes. Los ataúdes estaban vacíos porque las autoridades han dicho que el proceso de recuperación e identificación de los restos se llevará meses. Algunos de los parientes se desmayaron. Los familiares recibieron un saco con un kilogramo de tierra del lugar del siniestro.

El servicio funerario fue celebrado en el cementerio de la iglesia Saint Trinity. Elias Bilew dijo que trabajó con una de las víctimas, Sintayehu Shafi, los últimos ocho años. “Era tan buena persona”, afirmó Bilew: “No merece esto. Era el pilar de su familia”.

Boeing, que paralizó el jueves pasado las entregas del modelo 737 Max-88, acumuló en la última semana pérdidas por más de 27 mil millones de dólares en capitalización de mercado. Este domingo, el presidente consejero delegado de la compañía, Dennis Muilenburg, señaló en un comunicado que “mientras que los investigadores siguen trabajando para establecer las conclusiones definitivas, Boeing está finalizando el desarrollo de la previamente anunciada actualización de software y la revisión del entrenamiento de pilotos”.

El texto indica que las medidas responden al “comportamiento del sistema de control de vuelo MCAS por la aportación errónea de los sensores”.

Boeing afirmó además que la seguridad es “su mayor prioridad en el diseño, fabricación y asistencia” de sus aviones, y subrayó que después de cualquier accidente, “se examina el diseño y las operaciones de los aviones”, y “cuando es apropiado, se introducen actualizaciones para mejorar aún más la seguridad”.

Matthew Yemma, especialista en comunicación de crisis en la firma Peaks Strategies, señaló que “fue una dura semana” para Boeing, cuestionada además por lo que se consideró una “horrible” respuesta al accidente en Etiopía, cuando emitió un escueto comunicado. “Dejaron que las cosas se acumularan y terminaron perdiendo capitalización bursátil y mucho dinero”, dijo Yemma.

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