Conocedor de la relación entre Estados Unidos y México, John McCain, senador republicano por Arizona durante los últimos 21 años, mantuvo una política de apoyo a una reforma migratoria integral y de cortejo al voto hispano —mediante una oportunista visita de campaña a la Basílica de Guadalupe—, así como de rechazo a una amnistía para los indocumentados.

Admirado por su influencia y la independencia que siguió respecto al Partido Republicano, McCain copatrocinó en 2017 una resolución bipartidista en la Cámara Alta estadounidense que reafirmó la asociación estratégica entre ambos países y reconoció la necesidad de cooperar en materia de seguridad, defensa y comercio.

“La seguridad y la prosperidad de EU dependen de una fuerte relación con nuestro vecino... La libre circulación de bienes y servicios en la frontera ha contribuido a un crecimiento económico y un desarrollo sin paralelo”, enfatizó entonces McCain.

El piloto de combate que pasó seis años como prisionero en Vietnam tras ser derribado exhibió a menudo su intervencionismo hacia México: en 2013, exigió a la Casa Blanca ejercer la “jurisdicción territorial” para que policías estadounidenses detuvieran a Rafael Caro Quintero. Enfurecido por la liberación del capo después de 28 años, McCain cuestionó en cartas enviadas a los departamentos de Justicia y de Estado que el Poder Judicial mexicano hubiera revisado la detención del fundador del Cártel de Guadalajara.

McCain logró una esperada nominación presidencial en 2008, que debía coronar su carrera política, pero tuvo la mala suerte de heredar —como candidato oficialista— la crisis económica detonada en la administración de George W. Bush, a la que respondieron los estadounidenses volcando su apoyo en favor de Barack Obama.

Familia episcopal. Con el afán de atraer el sufragio hispano, que históricamente se ha decantado por los demócratas, visitó el 3 de julio de 2008 la Basílica de Guadalupe.

Más tarde, se entrevistó con el entonces presidente Felipe Calderón, quien puso de relieve una afinidad ideológica que se reiteró en 2017, después de que la ex candidata presidencial Margarita Zavala, esposa de Calderón, viajara a EU para reunirse con el senador y pedirle ayuda a fin de evitar el triunfo de Morena en los comicios del 1 de julio pasado, según el ahora presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

Como aspirante al Ejecutivo, McCain radicalizó su postura sobre la migración. Pasada la campaña, suavizó su posición y en 2013 fue parte del último intento de alcanzar una reforma migratoria. Su iniciativa resultó aprobada en la Cámara Alta, pero chocó con el muro de intolerancia de los diputados federales, que ni siquiera la debatieron.

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