San José.-
Colombia alertó por un súbito aumento desde 2014 de la presencia en su territorio de narcotraficantes mexicanos —en especial de los cárteles de Sinaloa y de Jalisco Nueva Generación (CJNG)— para negociar la compra de cargamentos de cocaína, por lo que sus autoridades antidrogas y migratorias activan las alertas policiales cada vez que una persona oriunda de México ingresa a ese país, revelaron fuentes gubernamentales y judiciales colombianas.

La alarma sobre la incursión criminal en suelo colombiano de mafiosos mexicanos de dos de los más peligrosos cárteles de México, encubiertos como turistas, empresarios, trabajadores o estudiantes, quedó registrada en enero de 2017 en un memorándum de la entonces ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, María Ángela Holguín, y en una nota del Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez. EL UNIVERSAL tiene copia de los documentos.

En una nota a Holguín, Martínez advirtió de los “cambios importantes en la dinámica del fenómeno migratorio en Colombia, advirtiendo la recurrencia de episodios delictivos en los que se encuentran vinculados ciudadanos extranjeros, especialmente de nacionalidad mexicana”.

Martínez mencionó el ligamen de 103 mexicanos en 102 investigaciones de 2014 a 2016 en “40 asuntos” de orden criminal o seguridad ciudadana en los departamentos (estados) de Valle del Cauca (centro-occidente), Santander (noreste), Antioquia (noroeste), Cundinamarca (centro) y en la ciudad de Bogotá (centro).

“Uno de los casos” que evidencia la “magnitud” del problema se registró en diciembre de 2016 en Cundinamarca, con el arresto de cinco mexicanos y la incautación de aproximadamente dos toneladas de cocaína camufladas en boyas de atraque para buques cargueros, recordó.

También señaló los nexos del cártel de Sinaloa con el Clan del Golfo, que está entre las principales bandas criminales de Colombia, en operaciones en 2014 en el departamento de Nariño (suroccidente), colindante con el océano Pacífico.

“Desde entonces se conoce de la incursión de negociadores de estupefacientes relacionados con los cárteles mexicanos, específicamente con el conocido cártel de Sinaloa”, narró el fiscal.

“Sumado” a esos hechos, insistió, “tras analizar la dinámica migratoria de ciudadanos mexicanos”, basado en estadísticas de Migración Colombia, “resulta sorprendente” para la fiscalía “observar un incremento anual en su ingreso a territorio nacional” que de enero de 2014 a diciembre de 2016 aumentó en 48 mil 882 mexicanos equivalente 29.8%.

Los números subieron de 114 mil 804 mexicanos que entraron a Colombia en 2014, a 152 mil 123 en 2015 y a 163 mil 686 en 2016, según cifras oficiales.

A consulta de este periódico, Migración Colombia reportó que los datos aumentaron en 2017, que cerró con 175 mil 997 y un promedio diario de 482.18.

Del primero de enero al 31 de agosto de 2018 se registraron 122 mil 713 ingresos de mexicanos, con una media al día de 504.99. El total de salidas de mexicanos de Colombia de enero a agosto de 2018 fue de 123 mil 98, a 506.57 diarios, de acuerdo con los datos oficiales.

El constante flujo, destacó el fiscal, “reafirma la necesidad de orientar especial atención a este fenómeno a fin de identificar sus causas e implicaciones y adoptar las decisiones a que haya lugar”, por lo que alertó a la cancillería colombiana “sobre el incremento de la participación de ciudadanos mexicanos en actividades de narcotráfico” en Colombia y solicitó en ese momento de enero de 2017 una “valoración inmediata”.

Tras recibir la nota, Holguín la remitió al director general de Migración Colombia, Christian Krüger, con la explicación de que el documento “alerta sobre el incremento de la participación de ciudadanos mexicanos en actividades de narcotráfico en el territorio nacional” y con la petición de verificar las cifras.

Los gobiernos de Colombia y Ecuador alertaron a inicios de 2018 que los cárteles mexicanos acrecentaron su presencia en puntos marítimos y terrestres de las zonas fronterizas entre ambos países para el tráfico de gran cantidad de cocaína por los corredores del Océano Pacífico desde esas naciones a Centroamérica y México, rumbo a Estados Unidos.

Nexo guerrillero. Como parte de las investigaciones sobre los lazos entre mafias mexicanas y colombianas, la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional de Colombia destapó en agosto pasado los nexos del narcotraficante mexicano Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho y líder del CJNG, con la guerrilla comunista colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN) para el contrabando de cocaína a Centroamérica, México y EU.

La Dirección confirmó a este periódico que rebeldes del ELN, la última insurgencia colombiana y en armas desde 1964, cobraron dinero para garantizar la salida de los cargamentos de cocaína de Colombia hasta el puerto mexicano de Manzanillo, sobre el litoral de México en el Océano Pacífico, para el CJNG. Por cada kilo de cocaína, el ELN cobró unos 70 dólares, aseveró.

El general Fabián Cárdenas, director de Antinarcóticos, adujo que el descubrimiento del vínculo de El Mencho y el CJNG con el ELN y narcotraficantes colombianos “es un duro golpe contra las organizaciones asociadas a los cárteles mexicanos”.

La red operó en el litoral Pacífico de Colombia en los departamentos de Chocó (noroccidente) Nariño y Valle del Cauca para enviar la droga en veleros, pesqueros y lanchas rápidas, detalló el informe oficial.

El Mencho, de 52 años, oriundo del estado de Michoacán y considerado por las autoridades mexicanas como máximo jerarca del CJNG, es uno de los hombres más buscados en México por delincuencia organizada y otros cargos.

Dinero y droga. En una entrevista con EL UNIVERSAL, Krüger aclaró que aunque la mayoría de mexicanos que viajan a Colombia “son personas de bien”, “también uno ve precisamente al cártel de Sinaloa con grupos al margen de la ley” en suelo colombiano.

En los movimientos migratorios llamó la atención “no sólo el narcotráfico de mexicanos que salen con droga de Colombia hacia México o a otros países sino que también ingresan divisas [dólares] que muy seguramente son producto del lavado de activos, derivados del narcotráfico”.

“Los mexicanos están yendo a algunas zonas de Colombia que esencialmente son propias para los cultivos ilícitos” de la hoja de coca, materia prima de la cocaína, a negociar la compra de los cargamentos del alucinógeno, advirtió.

Hay tres focos de operación en los que se relaciona a los mexicanos en actividades criminales en Colombia, subrayó. Por un lado, el ingreso de dinero, y, por el otro, el despliegue a regiones colombianas “que no son turísticas”, sino de cultivos ilícitos. El tercer elemento es el hallazgo de mexicanos que salen de Colombia con droga adherida a su cuerpo o consumida en pequeñas cápsulas, contó.

Entre las áreas de producción de cocaína en las que, según Krüger, fue descubierta la presencia de mexicanos están los departamentos de Putumayo (sur) y Nariño, que son fronterizos con Ecuador, y Norte de Santander (noreste), limítrofe con Venezuela.

El accionar de los mexicanos “causa inquietud”, describió.

Uno de los objetivos ahora será “mejorar la identificación” de las personas involucradas en esas actividades criminales, destacó, al confirmar que hay comunicación con las autoridades de México para trabajar “conjuntamente” en el ataque a los narcotraficantes mexicanos con su nueva dinámica migratoria en Colombia.

Google News

Más Información

Noticias según tus intereses