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Zumpango, Méx.— El parque ecoturístico Laguna de Zumpango va regresando a la vida, no sólo con el agua que está al 65% de su capacidad, sino también con los lancheros que ofrecen paseos a 50 pesos por persona, tras casi tres años de inactividad por la pandemia del Covid-19, el lirio acuático y la sequía que afectó al embalse.
Benedicto García y su familia le dieron una “manita de gato” a la lancha que compraron hace 20 años y que quedó varada en la tierra seca de la laguna, en la zona conocida como El Castillo, misma que no pudieron sacar al no tener un remolque. Ahora, luce reparada y con capacidad para pasear hasta 13 personas por viaje.
“Con las redes sociales la gente ya se entera rápido de que la laguna ya tiene agua y de que ya estamos dando los paseos en lanchas. La gente viene más los domingos, y [a la lancha] ya le dimos su manita de gato, la reparamos y la sellamos con fibra de vidrio. Me tardé como una semana porque la estructura del toldo se dañó y hubo que soldarla, y ahorita que ya se sube la gente nos dicen que se sienten contentos”, platicó.
Agregó que “les cobramos 50 pesos por persona [por] un recorrido de 15 a 20 minutos alrededor de 500 metros para adentro de la laguna”.
Unas 10 lanchas prestan el servicio a los turistas en los alrededores de San Pedro de la Laguna y en San Juan Zitlaltepec, beneficiando la economía de familias que tuvieron que parar el servicio recreativo como Benedicto y su familia, que se dedican también a fabricar pirotecnia para sostener los gastos familiares.
En el bordo de la Laguna de Zumpango ya hay puestos ambulantes con venta de micheladas, refrescos y aguas, además de chicharrones y dulces. A estos espacios llegan los visitantes para comprar y bajar a convivir, tomarse fotografías y pasear en la lancha de don Benedicto, cuyo motor logró echar a andar a pesar del parón que tuvo de casi tres años.
Juan Carlos y su familia se pusieron los chalecos salvavidas, abordaron la lancha entre risas y fotografías para el recuerdo y se dispusieron a disfrutar de la Laguna de Zumpango, donde se asoman algunos lirios acuáticos que generan preocupación entre los lancheros.
“Lo que queremos hacer con los compañeros de la Asociación de Pescadores es empezar a sacar el lirio, (...) si lo dejamos crecer se nos puede llenar otra vez” la laguna, dijo García.