Ante la inconformidad de la comunidad indígena triqui, la cual fue reubicada de avenida Juárez a un albergue, el secretario de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, dijo que de ninguna manera van a permitir el regreso del grupo al plantón que tenían frente al palacio de Bellas Artes, por lo que hizo un llamado al gobierno de Oaxaca para que atienda sus demandas.

“No corresponde al Gobierno de la Ciudad de México la solución de este conflicto, este es un hecho que deben resolver las autoridades de Oaxaca, es quien tiene que resolverlo […] De ninguna manera se va a aceptar el regreso al plantón de avenida Juárez, de ninguna manera se va aceptar que se bloqué avenida Juárez, el Eje Central u otras avenidas de la Ciudad de México, se pueden analizar otros puntos donde se pueden instalarse”, enfatizó.

En conferencia de prensa, Batres explicó que la comunidad triqui se encuentra en una unidad habitacional de la Gustavo A. Madero, luego de que abandonaron el albergue de la colonia Valle Gómez, Venustiano Carranza.

Dijo que van a seguir buscando soluciones a la situación, por lo que pidieron a la Comisión de los Derechos Humanos de la capital su intervención para ser testigo de los acuerdos a los que se puedan llegar.

Hasta la tarde-noche de ayer, la comunidad triqui no se había retirado de la calle Mapimí, donde se ubica la unidad habitacional en la que se refugiaron, junto con un grupo pequeño de activistas.

Martí Batres explicó que este lunes, durante el conflicto de la comunidad con policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), detectaron grupos ajenos a la comunidad como el de Resistencia Civil Pacífica, el cual ha bloqueado entradas al Cablebús, Metro, así como el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas.

“Prácticamente deshicieron el albergue [de Valle Gómez], las personas que llegaron entraron a una dinámica de confrontación prácticamente ante la llegada de otros integrantes, en su mayoría ajenos a la comunidad triqui, y se generó una confrontación”, y añadió que la comunidad indígena no se han desmarcado de los grupos.

Cerco

Apenas concluyó la conferencia del secretario de Gobierno, y hasta la calle de Mapimí llegó una comitiva encabezada por la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Nashieli Ramírez, quien intentó entablar diálogo, pero tampoco lo logró.

La opción de que se marcharan —como pedían las autoridades capitalinas que los cercaron por más de 36 horas—, se hizo larga. Los uniformados se replegaron, mientras los inconformes les señalaban que los estaban secuestrando.

Simplemente los vecinos habían cerrado el portón de la unidad, en donde les permitieron la pernocta, entrar al baño, e incluso, les dieron comida.

Entre gracias y gritos como “ese apoyo sí se ve”, sacaron sus cosas y permanecieron en la calle hasta que se les permitiera irse a la Casa del Estudiante, en Peña y Peña, en la colonia Morelos, en donde planearían la ruta para dejar la Ciudad.

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