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Jorge Gaviño Ambriz, exdirector del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, negó cualquier irregularidad en el contrato de compra de diferenciales para trenes de la Línea 2, por lo que, dijo, “no compramos cochinadas”.

En entrevista, el líder de la bancada del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Congreso de la Ciudad de México aseguró que el Consorcio Internacional Quetzalcóatl (CIQ) —al que le fue adjudicado el contrato— cuenta con una carta exclusiva de comercialización y operación del fabricante de diferenciales para trenes Texelis, empresa que está asentada en Francia.

Mediante ese documento, dijo, se avala que CIQ es la única firma que puede distribuir y vender este tipo de refacciones en México.

Sostuvo que el Metro, cuando él estuvo al frente, revisó el acta constitutiva de CIQ, la cual, dijo, es una compañía con más de 25 años de experiencia y se dedica a la comercialización, importación y exportación de mercancías en general. “No dice que se dedique exclusivamente a cosas médicas”, reviró.

“Nosotros preguntamos a Texelis si esa empresa era la representante en México y nos contesta que sí, que ellos son los exclusivos para vender sus productos.

“No hay manera de que el Metro le compre actualmente a otra empresa que no sea a ésta que se llama Consorcio Internacional Quetzalcóatl, porque ya [existe] una carta de exclusividad del producto en México. Nosotros le compramos a la empresa que nos marca el fabricante, pero que, además, ya estaba esta carta de exclusividad desde antes que yo llegara al Metro.

“Aquí, de manera equivocada están señalando que le compramos a una empresa que no tenía derecho de comercializar eso porque vendía otros productos. No compramos cochinadas, compramos cosas adecuadas, lo compramos en pesos, más barato que lo que nos costaba arreglarlos, y lo compramos a la única empresa que le podíamos comprar, según el fabricante”, comentó.

De acuerdo con Jorge Gaviño, la compra era conveniente debido a que el costo por cada diferencial nuevo era de 900 mil pesos, mientras que la reparación se elevaba a un millón 100 mil pesos cada uno.

EL UNIVERSAL publicó ayer que, de acuerdo con un informe de transparencia del Fideicomiso Maestro del Sistema de Transporte Colectivo (Fimetro), la actual administración señaló que el STC Metro compró a una empresa dedicada a la venta de instrumental médico, incubadoras y camillas los “diferenciales” que utilizan los trenes modelo NM-02, que son piezas mecánicas que permiten que las llantas de la derecha y la izquierda de cada unidad giren a velocidades distintas para que el convoy no se desestabilice y tenga una mejor conducción.

En entrevista, el exdirector del Metro afirmó que sí hubo falla en 18 de mil 20 diferenciales que se compraron, debido a que fueron sometidos a pruebas de aceleración “extremas” que no fueron autorizadas por la empresa Texelis, y recordó que existe una fianza “millonaria” a favor del Metro y una garantía de cinco años.

Nada ilegal. El Consorcio Internacional Quetzalcóatl S.A de C.V. rechazó que en la firma del contrato con el Metro hayan existido irregularidades o actos de corrupción, y dijo que la venta de mil 019 diferenciales para trenes modelo NM02 se realizó con estricto apego a derecho y están en funcionamiento, y que ante requerimientos técnicos que se le han hecho se han atendido las solicitudes.

Externó que no se dedica exclusivamente a proveer material médico, pues su objeto es más amplio y comercializa, importa, distribuye y representa a diversas marcas como es el caso de Texelis. Aclaró que dicha firma no es subsidiaria de Renault Trucks.

Afirmó que han atendido averías menores en 24 de los mil 019 diferenciales, lo cual, dijo, no es irregular, y dijo que serán atendidas independientemente de lo que las haya causado. Reiteró que hay fianzas que respaldan algún incumplimiento. Señaló que pedirán reunirse con la jefa de Gobierno para aclarar la situación.

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