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Ante el megacorte de agua que se realizará a finales de este mes, los locatarios de la Ciudad de México han tomado dos decisiones: cerrar sus negocios los días que dure el desabasto o llenar tambos de agua los días previos para dar servicio.

Aquellos comercios que requieren de agua corriente para atender a los clientes —como lo son las fondas y restaurantes— tienen un plan de contingencia que contempla comprar recipientes y llenarlos con líquido.

Los encargados de gimnasios, lavanderías, escuelas, que requieren también de su uso constante, están en debate si abrir sus puertas al público o suspender operaciones hasta que en sus alcaldías regrese el agua a las tuberías.

Este cuestionamiento se da en el mercado La Dalia, ubicado en la colonia Santa María la Ribera, alcaldía Cuauhtémoc, donde la mayoría de los vendedores aseguraron que el agua ya escaseó desde principios de esta semana.

Sin tambos que llenar, los encargados de un puesto de jugos aseguraron que prevén que tres días antes del 30 de octubre llenen a su máxima capacidad los recipientes y los coloquen en la parte trasera del local.

“Primero vamos a esperar a que se acabe el agua que tiene la cisterna del mercado y después vamos a ocupar la de los tambos hasta que aguante”, explicó Juan, uno de los encargados.

Planes de contingencia. En este mercado hay alrededor de 70 puestos establecidos que ofrecen, entre otras cosas, comida, los cuales se dividen entre vendedores de frutas, leguminosas y carnes, pero también hay quienes preparan comida corrida que venden alrededor de 50 pesos por persona el menú.

María, una de las cocineras del lugar, dijo que prefiere cerrar su negocio del que dependen cinco personas —incluida ella— a causarle molestias a los otros locatarios con sus tambos acomodados en los pasillos.

“Este es un negocio que requiere de agua todo el tiempo y pues yo mejor dejo de trabajar esos días a estar preocupada por el agua. Aparte los tambos ya los están vendiendo muy caros, como a 250 pesos o más”, comentó la locataria.

El administrador detalló que las cuatro cisternas del mercado seguirán en funciones los días que abarque el megacorte, pero sólo se utilizarán en los baños públicos que se encuentren dentro del mismo.

A los comerciantes, indicó, se les ha invitado a llenar recipientes para continuar con la vendimia.

“Bajarán” cortinas. En el caso de los negocios ubicados en las calles que también dependen del agua por el tipo de servicio, como las lavanderías, los dueños mantendrán bajadas las cortinas durante la primera semana de noviembre hasta que corroboren que pueden ofrecer sus servicios de nuevo.

Karen, quien tiene un local para lavar ropa con al menos cuatro lavadoras, dice que “no tiene de otra” más que dejar de laborar esos días.

En los gimnasios, donde la gente suele acudir para ducharse después de hacer ejercicio, no se suspenderán operaciones. Sin embargo, desde estos días se ha conscientizado a los clientes para que reduzcan el agua que usan, no sólo en las instalaciones, sino en sus propios hogares.

Una cadena de gimnasios que tiene varias sucursales en la capital incluso envió correos a quienes se ejercitan con una lista de colonias afectadas, para que todos tomen sus precauciones en los días de desabasto.

Ana Gabriela, una de las mujeres que acude a uno de estos centros en la alcaldía Benito Juárez, aseguró que suele usar las instalaciones para bañarse porque su trabajo está a pocas calles de distancia, por lo que no tiene un plan definido.

“Tampoco he apartado agua en mi casa, escuché que ya los tambos están caros, la verdad es que tal vez hasta termine yéndome a bañar con algún familiar al Estado de México”, externó.

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