La t radición sonidera peligra en Puebla y con ella alrededor de 300 personas corren el riesgo de perder su trabajo y principal fuente de ingresos, luego de que el ayuntamiento capitalino suspendiera la emisión de cualquier permiso para celebrar bailes públicos en barrios, colonias y juntas auxiliares.
La prohibición fue promovida por la Secretaría de Gobernación Municipal, encabezada por José Ventura Rodríguez Verdín , quien asegura que la medida es necesaria para evitar las riñas que frecuentemente ocurren en este tipo de eventos , donde los asistentes “ se pasan de copas y comienzan a agredir”.
Según medios locales, la orden fue notificada a los ediles de las 17 juntas auxiliares y líderes de mesas directivas, a fin de que se ponga en marcha y sea difundida entre los ciudadanos; sin embargo, los sonideros aseguran que no han sido informados.
“Finalmente no existe una prohibición como tal, hay un reglamento; sólo existe una declaración”, aseguró Daniel Hernández, fundador del sonido Renegado 312, en entrevista con EL UNIVERSAL.
Los actos de violencia que perturban los bailes no son responsabilidad de las agrupaciones musicales, por el contrario, en Puebla los sonideros han promovido acciones para generar un clima pacífico en los eventos.
Los encuentros musicales son espacios de convivencia, donde se preserva “la cultura del baile”, por ello “la campaña de Sonideros Sin Violencia lleva año y medio funcionando, con el objetivo de mostrar a los jóvenes que los bailes no son lugares para arreglar sus diferencias”, dice Daniel.
Una de las principales preocupaciones derivadas de la prohibición, es el futuro que le depara a alrededor de 300 sonideros y sus familias, quienes dependen económicamente de los bailes públicos. Se calcula que cada una de las colonias polares donde existe mayor gusto por este tipo de música, existen de 3 a 5 agrupaciones, cuyo número de integrantes va de los 4 a los 25.
De ser aplicada, la medida afectaría también a el resto de personas que se benefician de la actividad musical, como iluminadores, cargadores o diseñadores; incluso a quienes aprovechan los encuentros para vender comida a los asiatentes.
La Asociación de Sonideros de Puebla, que aglutina a 125 agrupaciones, busca entablar un diálogo con la secretaria de Gobierno del Ayuntamiento, para conocer a detalle cómo se hará efectiva la prohibición.
Además, planean realizar un evento masivo, al que convocarán a sonideros y seguidores, para demostrar que es posible convertir la calle en un verdadero escenario de baile, música y sobre todo sana convivencia.
La medida del gobierno municipal podría además “desaparecer una tradición popular”, aseguran los sonideros, quienes por años se han preocupado por conservar una cultura que desde Puebla llegó hasta otros estados del centro del país y que incluso tiene presencia en el extranjero.
Renegado 312 ha llegado a ciudades de Estados Unidos, donde la comunidad migrante de ciudades como Nueva York, Chicago y Las Vegas, los ha acogido con gusto.