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Las paredes de lonas grises y el techo de lámina resguardan la ofrenda de Margarita Vicente Toledo, conocido entre los zapotecas del Istmo de Tehuantepec como biguie’, ritual prehispánico que sólo se practica en Juchitán y está relacionado con el calendario religioso de los zapotecos que constaba de 260 días.
“Con mucho sacrificio hicimos con lonas y láminas este cuartito para recibir a mi madre, sobre todo por petición de mi padre; él insistió que era necesario recibirla, aunque no tengamos una casa, ella iba a comprender, pero teníamos que recibirla con su comida y sus rezos, y aquí estamos esperándola, pobremente, pero la esperamos porque la amamos”, explica Virginia, hija de Margarita, mientras coloca las flores amarillas sobre el petate al pie del altar.
Dedicación. Algunas familias invirtieron hasta 13 mil pesos para este ritual, cumpliendo con los nueve rezos previos a la llega de los muertos, el 30 y 31 de octubre, elaboración de los tamales y la realización de los altares o biguie’.
Sobre este armazón se construyen figuras geométricas, que se tapiza con flores de cordoncillo, cempasúchil y cresta de gallo, los tres colores elementales de la cultura; amarillo, verde y rojo. En la parte superior del armazón, se coloca una cruz llamada ique beedxe’ (cabeza de jaguar).
Muy pocos hogares realizaron el biguie’ o los altares de siete o nueve escalones debido a que muchas familias que tenían programado el ritual se quedaron sin casas y sólo colocaron flores a sus altares familiares, esperando que el próximo año cumplan con el ritual.