Querétaro.— Cada fecha de sutiene un lugar en su memoria: el 11 de septiembre de 2021, Gladys Gómez fue diagnosticada con cáncer de mama. Desde ese momento, el último cuatrimestre del año se convirtió en un periodo de rápida reacción contra la enfermedad.

La pandemia por Covid restringió en 2020 su visita anual al ginecólogo, y fue en julio de 2021 cuando retomó el chequeo.

“Tuve mi primer acercamiento con el ginecólogo porque sentí una pequeña protuberancia en el seno, que iba y venía con mi periodo; parecía no ser algo de alarma, por decirlo así. Fui a ver al ginecólogo, me dice: vamos a hacer un ultrasonido para ver qué está pasando si sigue siendo un fibroma (…), cuando llegué con el radiólogo, un 11 de septiembre, me dice que no es un fibroma”, relató a EL UNIVERSAL.

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Ese mismo día, un sábado, acudió con su ginecólogo; aunque fue un momento de miedo, también lo recuerda como un proceso de transformación.

Gladys es gerente en Sistemas de Calidad de las tres plantas que una compañía automotriz tiene en Querétaro; sin saberlo, un proceso que con regularidad aplica en su trabajo se convirtió en clave para su tratamiento: detección, comunicación, análisis y verificación.

El siguiente lunes, ya estaba en la primera consulta con el oncólogo, recomendado por su ginecólogo; pero consultó a más especialistas en la materia.

El 16 de septiembre se sometió a una biopsia, lo que le permitió conocer qué tipo de cáncer afrontaría y los tratamientos.

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“Entre más conocía yo del padecimiento que tenía (…) hay un libro que se llama El Arte de la Guerra, que te dice que tienes que conocer al enemigo, yo sí apliqué algo de eso”.

De la mano de la opinión de diversos especialistas, tomó la decisión de hacer una mastectomía completa de su seno derecho; aunque había una alternativa: la mastectomía cuadrantectomía, donde solamente extirparían una fracción, sin embargo, optó por la completa.

Pronóstico de vida

La experiencia de Gladys con el cáncer de mama le ha permitido identificar fases cruciales en su tratamiento, así como puntos clave: saber el diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico de vida. Y en este proceso, otro punto elemental es contar con un médico de confianza.

Recuerda que tras obtener los resultados de la biopsia pudo conocer más del cáncer que padecía, a qué reaccionaba y demás estadísticas, descubrió que había otras posibilidades para tratar el cáncer de seno.

“En un principio dicen cáncer de seno y de entrada es posible que te quedes sin la mama, tu vida está en riesgo, pero la realidad es que la detección oportuna es tan importante como la probabilidad de supervivencia y el éxito de tu propio tratamiento”, dijo.

Su cirugía fue el 20 de octubre. Tras salir de ella, dialogó con otras pacientes oncológicas, entre ellas las integrantes de Muccam, quienes fueron un importante respaldo para Gladys.

“Fue un periodo de recuperación muy corto. Creo que en ese tiempo le perdí el miedo a muchas cosas. En ese tiempo vuelves a ser esa persona que sabes que tienes que recibir mucho, que has dado mucho, pero que tienes que abrir los brazos para recibir. Cuando te das la oportunidad de recibir, empiezas a crecer”, señaló Gladys.

Tres semanas después, el médico le indicó que era candidata a realizarse un estudio genético, el cual permite identificar el beneficio de someterse a quimioterapia para un determinado tipo de cáncer. Esto le permitió excluir la quimioterapia.

Gladys indicó que “superar el cáncer no es sólo estar libre de la enfermedad, es también cómo eliges transformar tu vida, uno de los propósitos es ser feliz”. Por ahora, ha decidido no hacer la cirugía de reconstrucción mamaria, con la finalidad de permitir que su cuerpo sane. Aunque utiliza una prótesis, ha aprendido a disfrutar de su persona y de su aspecto actual.

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