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Para Ricardo Raphael, especialista en seguridad, la mutación y acciones del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) tienen similitud con lo que históricamente han hecho las mafias siciliana, rusa, japonesa y china para defender sus franquicias territoriales.

El periodista, académico y escritor, también director general del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (UNAM) y profesor de asignaturas en el CIDE, explicó cómo ve la problemática que enfrenta Michoacán por el poderío del crimen organizado.

¿Qué pasa en Michoacán?

—Lo que tenemos frente a nosotros son empresas criminales, que no por ser criminales son menos empresas. Operan desde una lógica de mercado. Lo que hacen es controlar territorio y todos los negocios ilegales que hay en ese territorio (...) Me atrevo a decir que es una serie de instituciones fundada desde principios de siglo, la cual ha ido mutando dependiendo de las reglas del juego.

Claramente, este es un gobierno federal que ha decidido priorizar la parte social (...) criminalizar moralmente el ingreso de los más jóvenes a estos grupos [de crimen organizado] y aplazar el combate frontal hasta que no haya fuerzas suficientes.

Es decir, hasta que la Guardia Nacional no esté lista para enfrentarlos y el acompañamiento del Ejército y la Marina no esté lo suficientemente blindado frente a temas de derechos humanos y otras cosas.

Observamos una suerte de tregua larga. Michoacán siempre es un lugar donde la alerta sísmica [criminal] suena primero y empezó a mostrar también serios ejemplos de violencia.

Lo vimos en la carretera Aguililla-Apatzingán; lo vimos en este enfrentamiento que tuvieron Los Viagras con el CJNG en Uruapan y lo vimos también este fin de semana en la ciudad de Zamora.

En realidad lo que temo es que estamos viendo a una organización o empresa robustecida [el CJNG], que ha tenido tiempo de meditar cómo actuar para mantener el control sobre su territorio y que este fin de semana decidió enviarle un mensaje muy potente al gobierno federal para decirle “no hay manera de que te metas con nuestros intereses; búscale por otro lado. El control lo tenemos nosotros. O sea que vamos a escuchar una elevación de esa amenaza en las fechas que vienen y frente a eso no le queda al gobierno federal más que responder, creo yo, con contundencia, porque si se hace a un lado, si no responde, estará manteniendo el grado de impunidad que hoy sostiene esta empresa del occidente mexicano.

¿Con qué otra empresa criminal asimila la mutación del CJNG?

—La verdad es que todas las empresas del mundo, sobre todo las de gran talla, necesitan controlar puertos y aeropuertos, porque de ahí es como se hacen de insumos, procesan sus productos y luego los distribuyen.

También requieren controlar carreteras, a las autoridades locales que podrían oponérseles, así como a sus posibles competidores.

Se parecen un poco a las empresas franquiciatarias que observamos en los sectores cafetalero, restaurantero o el las hamburguesas. Esas empresas lo que hacen es controlar territorio. Hay un expendio cada tantos kilómetros o en cada población.

Entonces, cuando tienes una autoridad que quiere limitar esa franquicia, vas a observar reacciones. Lo que está haciendo esta empresa [el CJNG] es adelantarse en el juego, para fijar las reglas con el Estado. Ya no están dispuestos a una tregua.

Observando la mafia siciliana vamos a encontrar desde luego similitudes [con el CJNG], pero también si nos movemos a la mafia rusa vamos a encontrar similitudes, creo que también con la mafia china o incluso con la japonesa tiene similitudes, porque además no se trata de empresas que operan localmente. Cuando te digo de puertos, aeropuertos, territorios, la verdad es que estamos hablando de empresas trasnacionales.

¿Es un desafío al Estado y al mismo Presidente de la República?

—Yo ya había visto algunos de los síntomas de esta nueva estrategia, concretamente del Cártel Jalisco Nueva Generación, hace un año o un año y medio. No olvidemos la batalla en la que se derribó un helicóptero y se cerraron varias carreteras.

El CJNG lo que suele hacer es mostrar músculo que se inspira en las películas de Chuck Norris o de Rambo. No encontramos estrategia previa.

La de Los Zetas, por ejemplo, era dejar descabezados, cuerpos mutilados, las fosas con cadáveres irreconocibles... esa era su manera de marcar territorio. Ahora se hace con estrategias militares, pero además con ejércitos bastante bien pertrechados con armas de alto poder.

Una forma de enunciarlo es derribar un helicóptero, demostrar que tienes lanzagranadas de última generación, mostrar tus armas.

Otra ha sido mostrarse públicamente en sus vehículos de último modelo, ocho cilindros y luego roturarlos como si se tratara de una empresa expendedora de papitas o de refrescos, videograbarlos, mostrar que están llenos de gente y presentarte como Ejército.

Esto es la semiótica militar.

Si me remito a otras épocas, déjame moverme con Napoleón, lo fundamental era tener la casaca bien puesta, tener el gorro, el casco, el sable, entonces veías a los ejércitos franceses marchando hacia Austria.

Esa es la manera como los ejércitos se plantan frente  sus adversarios.

Esto no es muy distinto en Zamora esquina Ocotlán, es decir, en la frontera entre esas dos ciudades lo que tienes es un desplante militar que anuncia el principio de una guerra y es un desafío al presidente Andrés Manuel López Obrador, a ver si él también saca, al estilo calderonista, a su propia Guardia, con sus propias casacas, sus propios sables, para mostrar los dientes o si los va a dejar actuar y esto es lo que está en juego.

El tema más delicado, y aquí hago un punto y aparte, es que observamos que varios de los municipios que están enfrentando tensiones no están gobernados por la oposición, sino por el partido que lo hace a nivel nacional, y el tema más delicado es que inclusive estos municipios podrían estar penetrados.

¿Qué es lo que simbólicamente quiere decir esto?

—Que a la población le están diciendo que también el partido nuevo, Morena, es penetrable. Es decir, que el problema no es de seres humanos a cargo del puesto, sino un conjunto de circunstancias en las que ni siquiera el nuevo partido gobernante, el que no tolera la corrupción, puede quedar a salvo. Aquí es donde se está jugando la principal batalla. El CJNG le está diciendo al Presidente: “También con los tuyos puedo. Por la vía de la corrupción o por la vía del amedrentamiento, y como quieras, quiero”. Yo creo que ese es el mensaje.

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