Un día de 2006 Mario Muñoz entró a una librería y se topó con " Los minutos negros ", novela heredera del género negro, la cual prácticamente acababa de imprimirse y ponerse en venta, contando el caso de un crimen investigado por un policía despistado.

La historia lo atrapó desde el inicio y pensó que sería una buena opción para convertirla en película, pues era divertida, conmovedora y, además, transcurría en dos décadas distintas, 70’s y 90’s.

Pasaron 13 años, varios tratamientos en que salían y entraban elementos de la novela, cambios de elenco y productores, para finalmente lograr el objetivo de la mano del autor original del texto, Martín Solares .

Leonardo Ortizgris ("Museo"), en el papel de un exmúsico de Rigo Tovar, convertido en policía; Krytian Ferrer (Un extraño enemigo), como un joven integrante de la comandancia y Sofía Espinosa ("Gloria"), interpretando a una periodista, encabezan el elenco de Los minutos negros, disponible en ViX+.

La más reciente aventura había sido "El complot mongol", basada en la novela de Rafael Bernal, estrenada en 2018.

“La adaptación es un arte complicado, porque al final parte de un amor que se le tiene a una novela y al mismo tiempo es como una casa que se va incendiando, donde tienes que ver qué salvas, qué es lo valioso y la esencial para lo que quieres”, comenta Muñoz, del realizador.

“Llegó un momento en que Martín dijo: estos son Los minutos de negro de Mario Muñoz, yo ya conté lo que tenía que decir en la novela, ahora te toca a ti contar tu versión”, agrega el también director de "Bajo la sal".

Entre los cambios con respecto al texto original se encuentra el hecho de que ya no son dos épocas, sino sólo una, habiendo sido elegida la de los 70. El personaje que va recordando todo (Ferrer) no es un hombre mayor, como en la novela, sino alguien más joven.

“La Chilanga cambia mucho, lo tienen que ver, pero como me tocó estar en el proceso de las distintas adaptaciones, me permitió ir construyendo las capas (del personaje) en este lugar (el pueblo) que no existe, pero que podría existir” indica por su parte Espinosa, quien da vida a una periodista combativa.

En algún tratamiento del guión, relata Muñoz, él y Solares barajaron la idea de que uno de los varios personajes que aparecen fuera salvado de la muerte, a diferencia de la novela, pero se desechó porque habría sido una falta de respeto a quien hubiese pasado por un evento similar en la vida real.

“Hubo la tentación, pero al final, pensamos que no debería hacerse así y con eso se respetan muchas cosas”, expresa el realizador.

“Un día le pregunté a Mario qué era esta película (comedia, policiaca o drama) y respondió que él no sabía (risas). Cuando leí la novela yo no me veía en algún personaje, después me explicaron cómo sería. Se trata de un coming of age, es el paso de alguien a la vida adulta”, refiere Ferrer.

"Los minutos negros" es una historia que giró en la mente del escritor desde que tenía seis años, cuando en su natal Tampico, Tamaulipas, circulaba mucho la leyenda urbana sobre una persona que asesinó a varias alumnas de un colegio a las que acechaba individualmente.

Pasaron tres décadas para que esa historia llegara a los anaqueles de las librerías, a una de la cuales entró Muñoz. El resto ya es historia bajo la producción de las compañías Voces Imaginarias, Traziende y Alebrije Producciones.

El arte de adaptar

El texto original no describe el lugar, pero sí en el guión para que el equipo de arte monte un set creíble.

La novela sólo coloca diálogos entre los personajes. En el guión debe apuntarse si alguno de ellos toma aire, para dar la expresividad requerida ante la cámara.

Visualmente se necesitan acercamientos a los rostros o alejarse con la cámara, a fin de situar físicamente a los personajes y mostrar su contexto.

"Los minutos negros", la novela "escondida" que se hizo película
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