El ser descendiente de cualquier compositor famoso conlleva responsabilidades de por vida para los hijos. Tal es el caso de Tiburcio Gabilondo, quien ha estado a cargo de la obra de su padre, Francisco Gabilondo Soler "Cri-Crí" .

No obstante dichas obligaciones también han provocado choques familiar. El compositor tuvo seis hijos en sus tres matrimonios. Tiburcio es uno de los menores y no tuvo una relación buena con el primer hijo de su padre, Jorge Gabilondo Patiño .

“Con el hermano mayor sí hay una historia, al principio hubo una buena relación, pero después como que pintaron su raya, pero de mi hermana Adriana para acá siempre hubo una relación muy bonita, muy cordial, con mucho respeto. De esos seis hermanos quedamos tres, quedamos dos mujeres y yo, y los que hemos estado a cargo de la obra somos los cuatro más chicos".

De los seis hermanos que eran, sobreviven tres, quienes se han mantenido trabajando en la preservación y promoción de la obra de su padre.

"Uno como heredero se vuelve tanto un guardián como un promotor de la obra de su compositor . Esto no sólo es caso de nosotros, esto le sucede a todos los hijos de los compositores. Tienes a los hijos de Álvaro Carrrillo, a los hijos de José Alfredo Jiménez , a los de Chava Flores", dijo Tiburcio, director de la empresa fundada por su padre, Gabsol (abreviación de Gabilondo Soler), encargada del manejo y administración de la obra del artista, al igual que el Fomento Cultural Gabsol.

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“Nosotros tenemos dos organizaciones para administrar a Cri-Cri. Una es Gabsol, una empresa fundada por el propio Francisco Gabilondo. Él la organizó para que fuera una editora de música que se encargara de sus proyectos. Él la fundó, pero ya no la vio realizada, justamente la organizó poco antes de morir. Murió un 14 de diciembre y en enero el notario dijo que ya estaban listos todos los papeles. Fomento Cultural Gabsol es una AC que se dedica al resguardo de todo el archivo histórico documental de Cri Cri, y es el que sostiene las relaciones institucionales no lucrativas que es con las instancias culturales, universidades, con todo aquello que no persiga fines de lucro”.

También existe la Fundación Francisco Gabilondo Soler Cri-Cri AC , manejada por Óscar Gabilondo Vizcayno , hijo del hermano mayor de Tiburcio, y quien también realiza distintos proyectos en torno a la niñez y el legado del artista.

“Lamentablemente te decía que hay un lado oscuro de la familia, lamentablemente con la familia de mi hermano mayor el problema es que ellos no son herederos de la obra, ellos no fueron requeridos ni solicitados para ver estos asuntos de Cri Cri pero se han tomado muchas libertades. Cualquier publicación o uso de material de Cri Cri, por ejemplo, de partituras tendrían que pedir permiso, sabes qué es lo más triste, que actúan bajo puro oportunismo porque no les corresponde”, comentó Tiburcio.

nrv

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