Por primera vez, Maite Perroni decidió involucrarse de lleno en un proyecto, lo hizo como actriz y productora asociada, pero aseguró que lo hecho en el filme Doblemente embarazada fue con todo respeto a esta área del cine.

“Me uno desde este genuino interés por aprender y por poner un granito de arena en lo que me interesa, para en un futuro seguir aprendiendo de alguien tan importante como Christopher Hool, que es un productor impecable, que logra lo máximo con lo que se tiene y saca adelante el barco”, dijo Maite Perroni.

La también cantante interpreta en esta película, que estrena el 19 de diciembre, a Cristina, una mujer que está por contraer matrimonio con Javier (Gustavo Egelhaaf), el amor de su vida , pero su mejor amiga Catalina (Verónica Jaspeado) le organiza una alocada despedida de soltera en un bar, donde se topa con Felipe (Matías Novoa), su ex de la prepa, encuentro que desatará un revolución en su vida.

“No es una película aleccionadora, no va de eso, sino de entretener y contar un cuento y la gente se va a identificar mucho con estos personajes, se va a topar con el ¿qué haría yo? y entenderán por qué los personajes reaccionan de la manera en que lo hacen”, señaló Jaspeado.

Verónica comentó que en esta historia se mostrarán a mujeres muy fuertes comenzando con Cristina, la protagonista, quien no sigue normas y no se siente adoctrinada por la sociedad en que vive, además de tener también personajes masculinos que están en constante conflicto con su hombría , es decir, aquí todos están pasando por un momento vulnerable.

“Tenemos personajes que pueden ser considerados estereotipos, pero al final de cuentas son modelos que existen en nuestra sociedad, pero aquí no hay clichés, por ejemplo, tenemos el exnovio guapo y atractivo, pero es alguien que quiere dar amor y así rompe el cliché del guapo”, dijo Perroni.

Maite también se refirió a Catalina, que es interpretada por Verónica Jaspeado, quien a pesar de ser una hippie fumadora de marihuana y fiestera, tiene un cambio en su actitud cuando las cosas se ponen feas.

“Es la que a la hora de los problemas dice: ‘¿qué onda fulana o sutana? hay que aterrizar’, o Javier, que tiene algo de machista y al final ves a un hombre dispuesto a luchar contra ese proceso interno de dolor ante la situación de engaño y todo por amor, ahí surge mucha comedia, pero la realidad es que tiene una psicología complicada; entonces sí hay estereotipos pero que han roto con los clichés”, señaló Perroni.

Hubo un factor que está presente en toda la película y prácticamente es un personaje, el color amarillo. En las paredes, en los muebles y hasta en el vestuario de los personajes ahí estaba, y el director Koko Stambuk explicó la razón:

“Resultó de una búsqueda para meter esta historia dentro de un cuento, también de jugar un poco con el arte, a favor de contar cosas, en fin, no está ahí porque sí, sino es uno de esos detalles que tiene una película que le dan un toque diferente”, aclaró.

Stambuk consideró que si esta comedia tiene un buen resultado en taquilla, será por el trabajo de todo el equipo, comenzando por el productor Christopher Hool, que acomodó las piezas adecuadamente para que todo marchara bien.

“El director depende de que todos se lo tomen en serio y coincidió aquí un grupo de gente muy profesional, muy agradable, entonces eso hace que una historia que es vista desde afuera se sienta redonda, porque hay un universo que se vuelve orgánico porque la gente que está trabajando adentro es inteligente, aterrizada y consciente de lo que está haciendo; esta película es un goce para mí”.

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