La deuda política, legislativa y social con el Ejército Mexicano y la Marina Armada de México es grande. Crece cada día. En muchos aspectos. Les debemos mucho a esas instituciones. A sus integrantes. Sin ellos, la preservación de la paz, la estabilidad y aún la frágil seguridad que tenemos, habrían sido imposibles.

¿Qué habría sido del país sin la participación de las fuerzas castrenses a lo largo de los últimos diez años en la contención y el combate de la criminalidad?

¿Cuántos soldados y marinos han caído en la defensa de la población, asolada por el crimen organizado, que cada día evidencia una más aguda patología en la comisión de delitos?

Es bien sabido que ninguna corporación policíaca, en todo el país, está debidamente preparada para hacer frente a delincuentes desalmados, bien armados, informados y con muchos recursos económicos.

Es conocido de sobra también que no pocas autoridades, sobre todo a nivel municipal, actúan en connivencia con ellos. De una u otra forma, han penetrado las estructuras administrativo-policíacas y tienen un control total sobre las decisiones públicas que les reditúa cuantiosas ganancias.

Las bajas que las fuerzas de seguridad les han producido a decenas de bandas en los últimos diez años, pero particularmente en los cuatro del actual sexenio, son considerables. Los principales capos del narcotráfico han sido capturados y están bajo proceso, o desaparecieron en combate.

Los militares y marinos han enfrentado todos los riesgos y también han sufrido pérdidas de compañeros ante el equipamiento cada vez más sofisticado de matones, violadores, secuestradores y narcotraficantes, que operan con la mayor impunidad.

Pero hay una gran diferencia en la actuación de las partes. Mientras los malosos no tienen ningún límite, pudor ni ética y se mueven en las sombras para cometer las peores atrocidades violando la ley, los soldados y marinos, acompañados por la Policía Federal, van a la guerra sin fusil.

Su lucha en esas condiciones contra lo más despiadado de la sociedad, implica una camisa de fuerza que los ata y los frena a cada paso que buscan dar contra un monstruo de mil cabezas.

Paradójicamente, el principal impedimento al que se enfrentan es la mismísima ley. La norma a la que deben ajustar sus actos, no pocas veces los reduce a un simple blanco del poderoso armamento que poseen los criminales.

Además, las agrupaciones defensoras de los derechos humanos no hacen más que abonar a que éstos reincidan con mayor libertad, dado que las recomendaciones que emiten en contra de las instituciones que los combaten sólo los protegen.

Los episodios en los que ha ocurrido esto no han sido infrecuentes. Nuestros soldados han sido víctimas de ataques en los que ha habido muertes. El más reciente fue hace una semana en Sinaloa, con un saldo lamentable.

Es claro que las corporaciones policiacas regulares no han podido ni podrán detener al crimen organizado. Y está demostrado que los únicos capaces de hacer esa arriesgada tarea son los militares.

Entonces, la ecuación es simple: que se hagan los arreglos constitucionales necesarios para que actúen protegidos por la ley contra los enemigos de todos.

La deuda social con ellos es muy elevada. Pero también la de los poderes Ejecutivo y Legislativo. Es su deber saldarla, uno, proponiendo una iniciativa que les dé garantías de actuación contra la criminalidad; otro, aprobándola sin dilación.

La mejor arma que se les puede proporcionar para que cumplan con un deber que se les ha asignado más allá de la legislación es precisamente ésta, adecuándola a las circunstancias y las necesidades.

A su lealtad y compromiso con los que han cumplido una peligrosa labor, se debe corresponder con la protección legal indispensable que les permita seguir desempeñándola.

SOTTO VOCE… El alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, podría haber hecho un enorme favor a la ciudadanía al enseñar su ruindad y vender su “popularidad” al PSD por 7 millones de pesos, como ha sido demostrado. En adelante, los partidos ya no podrán engañar tan fácilmente al electorado para que vote por supuestas “figuras”, mantener el registro y quedarse con los recursos que reciben. Los franquiciatarios de ese grupúsculo, Roberto Carlos y Julio César Yáñez Moreno, deben pagar por la burla y la falacia… René Juárez Cisneros, ex gobernador de Guerrero, hará buena mancuerna con el titular de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en el cargo de subsecretario de Gobierno para el que fue designado en lugar de Luis Enrique Miranda… Alentador, que el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, asegure que el país no está cerca de una crisis. Si eso se percibe como una realidad, especialmente el próximo año, provocará un punto de inflexión con respecto a la opinión que ahora tiene la mayoría en estos momentos, sobre todo en materia de deuda y déficit público.

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@mariobeteta

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