Varsovia.— Antes de viajar a Polonia le pregunté a dos empresarios mexicanos, al azar, qué sabían sobre este país que fue invadido por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial y que forma parte de la Unión Europea desde el 2004. A bote pronto, me respondieron cosas como que allí nació el Papa Juan Pablo II, al igual que el compositor Frédéric Chopin, y que Robert Lewandowski, el implacable delantero del Bayern Múnich, así como el controvertido cineasta Roman Polanski, han puesto al país en el mapa futbolístico y cinematográfico en épocas recientes. ¿Se imaginan cómo viven sus ciudadanos, saben si su economía crece o cuáles son las empresas mexicanas con operaciones en Polonia y viceversa?, les cuestioné. —No sé mucho, pero creo que no le va mal económicamente, dijo uno. El otro asintió.

La percepción de los empresarios (uno del sector financiero y otro industrial) era más o menos atinada, pero se quedó corta: Polonia no sólo atraviesa un buen momento económico, sino que es el país de la Unión Europea que ha crecido más rápido en la última década: su PIB acumula un aumento de más de 53% y sus políticos se ufanan de que fue el único país europeo que esquivó la recesión causada por la crisis financiera del 2008, gracias a su sólido mercado interno, en el que cerca de 75% de la actividad económica la generan las pequeñas y medianas empresas locales.

Sus datos duros, como que es la sexta economía más grande de la Unión Europea, que su PIB per cápita es de 26 mil 403 dólares (versus los 8 mil 541 dólares de México) y que tiene a la mayoría de su población (unos 38 millones de personas) en una clase media ascendente, deslumbran, pero se hacen notar cuando uno serpentea las calles de Cracovia, la antigua capital; o de Varsovia, su capital política y centro financiero; y también de Lodz, la ciudad de la tecnología y el emprendimiento. Polonia es un país vibrante y su gente es casi tan cálida como los mexicanos, con todo y que el invierno puede congelarlos a -20 grados.

Una de las primeras muestras del desarrollo y buenos servicios la tuve al segundo día de haber llegado al país, precisamente en uno de los sectores en los que México tanto ha padecido por el monopolio de Carlos Slim: las telecomunicaciones. Compré, sin mayor problema, una tarjeta SIM de prepago de uno de los 12 operadores que hay en Polonia. Pagué por ella menos de dos dólares y me dio acceso a 10 Gigabytes para navegar en internet y poder recibir llamadas. Ahora la estoy usando para escribir este texto, mientras viajamos en carretera de Lodz a Varsovia.

¿Qué ha hecho tan bien Polonia en los últimos 25 años, que le ha permitido pasar de ser un país pobre, post comunista, a la economía más dinámica de Europa? Son muchos factores, pero los más relevantes tiene que ver con: 1. Sus reformas. Los profundos cambios estructurales que llevó a cabo a inicios de los 90 al convertirse en una democracia y abrir su economía al libre mercado, pero con énfasis en el fortalecimiento del mercado interno. Al mismo tiempo, se constituyó como un aliado importante e influyente dentro de la Unión Europea. 2. Fondos de estabilización. Es el país de la Unión Europea que recibe más financiamiento: 82 mil 500 millones de euros es su presupuesto para el periodo 2014-2020. 3. Productividad. Tiene un sólido mercado laboral, con salarios moderados, alta productividad y facilidad para hacer negocios (ha avanzado meteóricamente en el índice Doing Business: pasó del lugar 74 en el 2012 al 24 en el 2017). 4. Apertura comercial: cada vez más países invierten y aumentan sus relaciones comerciales con Polonia.

México, mercado prioritario. Y precisamente este último tema atañe a México, porque Polonia lo ha considerado como uno de sus cinco mercados prioritarios en su estrategia de expansión internacional hacia el 2020. En la última semana de abril el presidente polaco, Andrzej Duda, viajará al país para reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto, así como con otros miembros del gabinete y del poder legislativo. Lo acompañará una delegación empresarios, quienes buscarán oportunidades de negocios con su pares mexicanos y constituirán una cámara de comercio de Polonia en México.

“México es nuestro objetivo número uno de América Latina", nos dijo el secretario de Estado del ministerio de Desarrollo Económico de Polonia, Jerzy Kwiecinski, a un grupo de periodistas en sus oficinas de Varsovia.

Algunos de los sectores en los que los empresarios polacos están interesados son el automotriz, aeroespacial, electrónico y agropecuario.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, Polonia es el socio comercial número 32 de México a nivel mundial, el noveno entre los países de la Unión Europea y el primero en Europa Central. El intercambio comercial entre ambos países asciende a cerca de mil millones de euros, con un ligero superávit de Polonia. Los principales productos que se envían desde México son automóviles, navajas, máquinas de afeitar, procesadores de datos y autopartes. En sentido contrario, lo que más importamos de Polonia son aparatos de telefonía, motores de diesel y neumáticos.

El Ministerio de Desarrollo de Polonia expone que la inversión mexicana acumulada ascendió a 87.2 millones de euros entre el 2004 y 2010, contra 19.2 millones de inversionistas polacos en México. Cemex es una de las principales proveedores de cemento en el país europeo, mientras que las fabricantes de autopartes Nemak y Katcon también tienen presencia en Polonia. De igual forma, a través de su fondo Finaccess, el empresario Carlos Fernández, ex presidente de Grupo Modelo, tiene operaciones en el país de origen eslavo.

Ya estamos de vuelta en Varsovia.

Twitter: @MarioMal

Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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