Jaime Hernández es metódico y disciplinado: no bebe café, evita las comidas fuera de la oficina y prefiere el bajo perfil. La primera para no generar estrés y ansiedad, la segunda para ser más productivo y la tercera porque no está acostumbrado a los reflectores. Es de los que creen que los resultados hablan por sí solos. Por eso, cuando el presidente Enrique Peña Nieto lo nombró director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en agosto del año pasado, no hizo mucho ruido. Sin embargo, su buen desempeño al frente de la empresa productiva del Estado, así como su cercanía a Enrique Ochoa y a Luis Videgaray, le han abierto las puertas del primer círculo de Los Pinos, donde lo ven como una joven promesa.

Hace unos días, el director general de la CFE entregó buenas cuentas, resultado de iniciativas implementadas durante el tiempo en el que Enrique Ochoa, actual presidente del PRI, era la cabeza de la empresa y Hernández el responsable de sus finanzas. Dichas acciones tienen que ver con la renegociación del Contrato Colectivo de Trabajadores con el sindicato (el SUTERM), la reducción de costos y gastos, la división de la empresa en subsidiarias y las alianzas con privados.

Tras cinco años consecutivos de pérdidas, en 2016 la CFE obtuvo una utilidad neta positiva de 85 mil 517 millones de pesos y logró reducir 50% su pasivo laboral, de 625 mil millones de pesos en 2015 a 303 mil millones el año pasado. Con ello, en diciembre recibió un apoyo financiero por 161 mil millones de pesos por parte del gobierno federal.

Otro acierto que se adjudicó esta semana fue su entrada al negocio de las gasolinas, a través del almacenamiento de combustibles que comenzará a operar a medianos de 2018. El objetivo de la CFE es sacarle provecho a la infraestructura que ha liberado consecuencia de la conversión del uso de combustibles fósiles a gas natural para generar electricidad.

No obstante, la CFE tiene más proyectos en puerta en alianza con empresas privadas para la generación de energía. Uno que está avanzado es el que tiene en coparticipación con Techint, firma que hace dos semanas inauguró una de las 10 centrales de ciclo combinado más grandes del país en Pesquería, Nuevo León, con inversión de más de mil millones de dólares.

De igual forma, avanza en el proyecto de la Central Hidroeléctrica Chicoasén II que le adjudicó en 2015 al gigante chino Sinohydro, en Chiapas, y otros más de parques fotovoltaicos con empresas como la italiana Enel y la española Gamesa.

Asimismo, la CFE planea retomar la colocación de unos 10 mil millones de pesos a través de la Fibra E, principalmente de su negocio de torres de transmisión. La oferta está prevista para la segunda mitad del 2017. La suiza Glencore participa como asesor en la colocación del instrumento.

Jaime Hernández se comprometió a invertir 250 mil millones de pesos en nuevos proyectos de generación, transmisión y disminución de pérdidas de transmisión en los próximos cinco años. La idea es hacerlo con recursos públicos y privados. Por ello, la estrategia de monetización de activos y alianzas con terceros será la que regirá el resto de su administración.

Pese a tener una maestría y un doctorado en Economía Política por la Universidad de Essex, en el Reino Unido, el director de la CFE no tiene perfil de político: es más bien un director que tiene fama de ser un buen negociador.

Por ejemplo, a él se le atribuye en buena parte que las negociaciones con el sindicato de electricistas para reducir el pasivo laboral hallan llegado a buen puerto. A diferencia de Enrique Ochoa, Jaime Hernández tiene un buen trato con el líder sindical, Víctor Fuentes del Villar. Aunque es de la escuela de Ochoa y Videgaray, que son explosivos y obsesivos, Hernández tiene mayor apertura al diálogo.

Cuando era el director de Finanzas de la CFE, a menudo chocaba con otro de los prospectos a dirigir la compañía tras la salida de Ochoa: Guillermo Turrent, entonces director de Modernización y actual titular de CFE Energía. Pero su apertura al diálogo le han permitido poner en orden a la compañía en lo que tiene que ver con la relación entre los directores de las diferentes unidades de negocio.

Aficionado a la lectura y a correr maratones, Jaime Hernández (39) tiene aún varios retos de frente, como mantener las eficiencias para poder competir con las empresas privadas que están entrando al mercado eléctrico; acelerar las alianzas con empresas privadas y monetizar activos para generar mayores ingresos y utilidades.

¿Lo logrará?

Hasta ahora ha probado ser un directivo eficaz. De bajo perfil, pero gran potencial.

Twitter: @MarioMal

Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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