Nadie quiere ser recortado del presupuesto, es natural, todos quieren más dinero, ya sea para programas sociales, para educación, para cultura, para salud, para justicia, para seguridad, para lo que sea… Es momento de justificar la existencia de todo, el problema radica en que los recursos son finitos y, simplemente, no alcanza.

Ayer, Martí Batres me dijo que de llegar Morena a la presidencia en 2018 lograrían una reducción de 300 mil millones de pesos cortando de tajo los derroches. La cifra de Batres es casi la misma del tijerazo que aplica hoy la SHCP al paquete económico y aún así no alcanza para todos.

Tal vez el problema no radica solo en los recortes, sino en los ingresos, ¿qué ha hecho el país para salir de la dependencia en energéticos y en los contribuyentes cautivos?, salvo nuestro gran, y nada despreciable, socio comercial norteamericano ¿qué nos queda?, ¿vale la pena explorar los mercados asiáticos con mayor agresividad?, ¿convendría voltear los ojos a Sudamérica para volvernos factor clave de detonación económica?, ¿qué vendemos al mundo?, ¿qué compramos al mundo que podríamos producir nosotros?, ¿hay otra forma de sacar dinero que no sea la tradicional de impuesto excesivo a la gasolina y exprimir a los que siempre pagan?, suena bonito, guajiro: México, con todas sus riquezas, factor clave en la economía mundial, con un reflejo directo a los bolsillos de los ciudadanos, los pueblos marginados saliendo avante gracias al impulso económico de un mundo globalizado, ¡qué belleza!, todos trabajando, todos ganando, todos… Soñando.

Creo que tenemos todo para sobresalir en el mundo, tenemos todo para abatir la pobreza que le pega a más del 50% de la población que sufre alguna, o todas las carencias, tenemos todo pero también nos falta mucho, empezando por la confianza dentro y fuera de nuestras fronteras, ¿quién invierte en un país con baja seguridad jurídica, que sabe que las reglas del juego siempre están sujetas a la negociación basada en la tranza?, ¿cómo meterle dinero a una nación que tiene una tasa de impunidad superior al 90%?, ¿cómo apuestas a un negocio donde la corrupción termina por representar un gasto operativo?... Siendo así, mejor otro país con menor riesgo y mayores dividendos, ¿o no?

DE COLOFÓN. Michoacán está ya en el riesgo inminente de perder la paz que únicamente se vende en los discursos oficiales. No es culpa de Silvano, el heredero del problema, sino de la poca operatividad de los órganos de inteligencia que dejan explotar la bomba en las manos de los adversarios; a final de cuentas, el Cártel Jalisco Nueva Generación es un asunto de seguridad nacional.

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