Cuauhtémoc Blanco cobró siete millones de pesos por ser candidato del PSD en Cuernavaca y un grupo de empresarios, incluido Roberto Yañez, líder del partido, erogaron el dinero mediante recursos en efectivo. Así se indica en un contrato privado que obligó al futbolista a saludar de beso a las mujeres que lo vieran en mítines y a tomarse fotos con los fans durante la campaña. Además de los siete millones, Blanco exigió trescientos mil pesos mensuales durante el tiempo de proselitismo para diversos gastos personales, vehículos y departamentos de lujo.

El consejero del INE, Marco Baños, me dijo ayer que no existen antecedentes de un hecho similar, abrirán una investigación que, entiendo, se enfocará más en saber si este dinero fue utilizado en la campaña del PSD, pues el solo pago del futbolista casi duplica el tope de gasto fijado en poco más de 4 millones de pesos, sin embargo, ¿es ilegal pagarle a un ciudadano para ser candidato?

A todas luces el hecho es inmoral, falto de ética, bajo, sucio, deleznable, condenable, señalable y agregue usted todo adjetivo que desee, pero, insisto, ¿es ilegal?

Evidentemente la ley no contempla el escenario, no existe una norma que a la letra diga: “Se castigará con (lo que usted quiera) al ciudadano que acepte dinero para ser candidato” o “Se castigará con (lo que usted mande) al ciudadano que le pague a otro ciudadano por ser candidato”, no existe la norma simplemente porque no había existido el hecho, ahí va la tarea para los legisladores, ojalá que este tema sea “prioritario” antes de 2018 o veremos las candidaturas de algunas estrellas bajo la sospecha inquisidora (y con razón de sobra).

Cuauhtémoc Blanco recibió dinero privado, mediante un contrato también privado.

Legalmente hablando, usted puede pagar lo que quiera a quien mejor le plazca por hacer lo que le venga en gana siempre y cuando ambas partes estén de acuerdo y el contrato no obligue a nadie a violar la ley, sobre el dinero erogado ambas partes deberán declararlo a Hacienda al tratarse de una actividad que genera ingresos, entonces, aquí es dónde viene el gran debate: ¿pagarle a alguien por ser candidato representa o no una violación a la ley?

Bajo la actual legislación electoral parece que no, sin embargo se abren otras posibilidades que podrían derivar en interesantes (y hasta millonarios) juicios civiles, por ejemplo, ¿qué pasa si hay un ciudadano agraviado que considera le fueron burlados sus derechos mediante el fraude o el abuso de confianza?, ¿a quién demandaría? ¿al que cobró, al que pagó o a ambos?, ¿cómo se restituye el daño?, ¿obligando a renunciar al alcalde?, ¿mediante un pago indemnizatorio? El caso, además de reflejar una de las partes más inmundas de nuestro sistema político, aquél de que con dinero baila el perro, también representa un debate para la palestra jurídica del país.

Eso, claro, si se demuestra que el contrato es, efectivamente, verídico. De entrada, un perito grafólogo tendrá que confirmar si el Cuau firmó o no.

DE COLOFÓN.— Pablo Escudero será el nuevo Presidente de la Cámara de Senadores, ¿qué opinarán los ciudadanos que impulsaron la ley 3de3 y no lo vieron jamás con buenos ojos? Igual y lo toman como un mensaje.

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