Se dice fácil, pero no lo es; se dice alcanzable, pero solo los mejores lo logran; se dice histórico, pero lo grandioso sólo tiene un nombre. Él es Cristiano Ronaldo, el chico que cambió las calles de Madeira y la pobreza que lo rodeó durante su infancia por una moneda de auténtico oro que le daría la entrada a un futuro más que exitoso.

Alguna vez Ludwig van Beethoven dijo: “Haz lo necesario para lograr tu más ardiente deseo, y acabarás lográndolo”, tal parece que Cristiano se aferró a ese deseo y hoy goza las recompensas de haber sembrado y cosechado un talento asombroso.

Describir sus cualidades nos llevaría más de una columna, pero lo que sí podemos es destacar el ímpetu que desde niño lo llevó a ponerse la meta de ser un futbolista ejemplar, que llamara la atención del mundo entero, que fuera capaz de crear magia, de hacer que hasta el más incrédulo se rindiera ante su talento y que sólo los mejores equipos del mundo pusieran sus ojos en él. Sí, es el hombre de los pies de fuego, el que de la nada es capaz de sacar trallazos llenos de dinamita pura que hacen estallar hasta la más imbatible portería y que sabe cómo convertir el balón en una poderosa bala que traspasa barreras y cruza redes.

Hoy su leyenda ha crecido a pasos agigantados, como si se tratara de un eterno camino que al recorrerlo nos sigue dando más y más gratas sorpresas. Sus 324 goles lo etiquetan como el máximo goleador del Real Madrid con tan sólo 7 temporadas en el club blanco.

Su esfuerzo y dedicación han sido tan grandes, que ya se dio el lujo de dejar atrás a figuras como Raúl, Di Stéfano, Santillana, Puskas y Hugo Sánchez.

Más de quinientas anotaciones a lo largo de su carrera lo dicen todo, no hay números capaces de describir al portugués, quien ha hecho posible lo imposible, el que hoy es considerado uno de los futbolistas más prodigiosos del futbol mundial, el que incluso superó un problema de corazón que bien pudo haber cortado su prometedora carrera.

Sus pies son de auténtico fuego, pero su corazón y mentalidad van mucho más allá de lo tangible. Sólo compite contra sí mismo, ésa, dicen algunos personajes que lo han entrenado, es la clave de sus incontables triunfos, mismos que seguramente seguiremos disfrutando detrás de la pantalla o desde la tribuna.

Twitter: @InesSainzG

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