Cincuenta juegos, 50 magníficas historias que están a punto de coronar la grandeza de un deporte que une familias, que reencuentra a los amigos, que divide opiniones, y que genera una pasión única en la Unión Americana y cada vez más en México.

Las líneas de la edición 50 del Super Bowl serán trazadas sobre un papel de oro y tinta indeleble, y por fortuna, una vez más yo seré orgullosamente parte de su relato.

Broncos y Panthers se verán las caras en Santa Clara, en el juego más importante del año en cuanto a futbol americano, y que ha generado una gran expectativa por ver si Payton Manning corona su grandiosa carrera alzando precisamente este Vince Lombardi tan especial.

Será un duelo de juventud contra experiencia; de dos mariscales de campo que presumen una visión distinta de concebir el americano; de dos franquicias ávidas de triunfo.

Y sí, los nombres de Peyton Manning y Cam Newton resuenan fuerte por cada rincón de este majestuoso lugar que inspira a chicos y grandes a no hablar de otra cosa que no sea sus hazañas y del porqué llegaron hasta aquí.

Manning disputará su cuarto SB, mientras que Newton es la viva imagen de la nueva generación de quarterbacks… ¿quién diría que cuando su hoy rival debutó en la NFL, él solo tenía 9 años? Ahora, serán los artífices de un duelo de estrategias, de inteligencia, un duelo inolvidable, pues sea quien sea el campeón, este Super Bowl será mágico, medio siglo de este apasionante deporte que no deja de incrementar seguidores alrededor del mundo; se sabe que en estos juegos se pelea hasta el último suspiro para lograr concretar el sueño. En lo personal, me gustaría que sea Denver el que se llene de gloria.

También hay que hablar de lo que rodea este gran evento, del antes y del después, de lo que genera un suceso de enorme magnitud. Y es que en las calles se respira el olor a futbol americano, pero también, sus visitantes han sufrido los estragos de lo costosos que resultan los famosos souvenirs: gorras, jerseys de los jugadores favoritos entre las aficiones, vasos, llaveros, cascos miniatura, playeras con diversos estampados, bolsas, relojes conmemorativos, entre otras cosas, es lo que más he encontrado en mi recorrido por las calles.

A nivel económico hay que reconocer que es un suceso que genera millonarias ganancias no sólo a la misma NFL, sino también a la ciudad sede y sus derivados comerciales.

En cuanto a lo publicitario, los interesados tuvieron que desembolsar alrededor de 5 millones de dólares para que sus anuncios salieran 30 segundos en televisión, claro está que durante la transmisión del partido los costos se incrementan estrepitosamente.

Y bueno, si creen que todo acaba cuando se conoce al flamante campeón, falta darle un vistazo a la cantidad de personas que faltarán a sus trabajos el lunes por la “resaca del Super Bowl”. Las cifras se estiman en unos 16 millones de empleados que serán capaces de poner cualquier pretexto con tal de disfrutar un domingo lleno de festejos, o nostálgico por la derrota.

Así viviré una vez la magia de un Super Bowl, que deseo, resulte maravilloso y nos sorprenda por su espectacularidad.

Twitter:@InesSainzG

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